La denuncia contra el director de Cultura bonaerense, Alberto Sileoni, por aprobar la distribución de cuatro libros que causarían "daño moral, psicológico, sexual y académico" a los adolescentes se desinfla con el pasar de los días. Diario Con Vos pudo acceder a la denuncia y las fuentes judiciales confirmaron que no hubo, al momento, mayores pruebas que las cuatro personas que denunciaron, no fue la Fundación Morelli y dos notas de medios de comunicación. Ninguna familia se presentó ante la Justicia para la acusación.
La denuncia penal por los delitos de "corrupción de menores", "difusión de material pornográfico" y "abuso de autoridad" a Sileoni se encuentra radicada en el Tribunal Oral N° 6 de La Plata. Como argumento, los denunciantes citaron fragmentos de cuatro textos, Cometierra (Dolores Reyes), Las Primas (Aurora Venturini), Las aventuras de la China Iron (Gabriela Cabezón Cámara) y Si no fueras tan niña (Sol Fantín), dispuestos en las bibliotecas de escuelas bonaerenses del nivel secundario. Al libro Cometierra, en la denuncia, se lo adjudican a la autora "María José Silveira". Es decir, ni siquiera leyeron ni verificaron la verdadera autora del libro.
Cuando fue consultada por Radio Con Vos, Bárbara Analía Morelli Vaquero, la cara visible de la Fundación Morelli y una de las denunciantes, dijo que ampliaron la denuncia contra Sileoni y que sumaron el testimonio de padres disconformes, en total, "quince casos de distintos municipios".
Fuentes judiciales a las que accedió Diario Con Vos contradicen de lleno esta versión que Morelli pintó ante los medios. Confirmaron que- a la fecha de la publicación de esta nota- ningún padre o madre llamó formalmente o se presentó ante la fiscalía para acreditar su queja y dejar precedente de prueba contundente que sostenga la denuncia ampliada.
Además, en gira mediática, Bárbara Morelli se presentó como miembro de la "Fundación Natalio Morelli" y dijo que la denuncia contra Sileoni estaba hecha por esta entidad, pero en realidad fue radicada por cuatro personas individuales, en calidad de ciudadanos. La Fundación no aparece en el Registro Nacional de Sociedades.
Al momento de publicar esta nota, los denunciantes tampoco presentaron documentos que pudieran probar la existencia de los 15 llamados a los que hizo referencia Bárbara Morelli. Las fuentes judiciales informaron que los denunciantes dijeron que recubieron un llamado anónimo de un padre preocupado por su hijo, pero tampoco adjuntaron un documento que lo demuestre.
Como "pruebas" para apoyar la denuncia, adjuntaron dos notas periodísticas que "documentan" la situación. Una de Clarín, titulada "Polémica por libros que se usan para enseñar Educación Sexual en escuelas de la Provincia", que está firmada por Penélope Canonico. Otra de Infobae, "Polémica por las escenas de sexo explícito en libros de colegios bonaerenses para chicos desde los 14 y 15 años", firmada por Claudia Peiró. Las dos del 04 de noviembre de 2024.
Los cuatro textos denunciados forman parte del programa "Identidades Bonaerenses". Cuando se analiza el catálogo, cada texto mencionado en la denuncia está acompañado con la indicación de que está destinado al ciclo orientado, es decir, a la secundaria superior -con adolescentes de 16, 17 y 18 años- y que requiere acompañamiento y "mediación de un lector adulto" para su abordaje en la escuela. En la denuncia sostienen que se trata de libros "dirigidos a menores de edad a partir de los 14 y 15 años", pero esto no es así.
Quién hizo realmente la denuncia
Las cuatro personas que denunciaron a Sileoni son Bárbara Analía Vaquero Morelli, la cara visible de la Fundación Morelli y bisnieta del fundador. En la página oficial de la Fundación Morelli especifica que es "acompañante terapéutico en niñez y adolescencia", "maestra integradora" y “"coach ontológica especializada en expresión corporal". También es presidenta de la "Asociación Padres Impedidos", otro grupo que aboga por el falso SAP y el "impedimento de contacto".
Otro denunciante es Pablo Ezequiel Tozzi, un concejal libertario de Morón que hace poco trascendió al ojo público por una declaración perversa en donde comparó, durante un Consejo Deliberante, la presencia de trabajadores de una fábrica cuyo contrato se estaba debatiendo a la presencia de un violador en la Cámara Gesell de su víctima.
El cuarto denunciante es Sebastián Abel Franco, un miembro de La Libertad Avanza de Lanús que se define como "esposo, padre y político lanusense" en sus redes, excandidato a Concejal de su partido; no tiene un cargo público. El quinto denunciante es Héctor Ezequiel Martínez, concejal de La Libertad Avanza en Chacabuco. Al menos Morelli y Franco tienen fotos en internet con funcionarios y exfuncionarios del Gobierno, como Karina Milei, Victoria Villarruel, Lilia Lemoine, Leila Gianni.
La "batalla cultural", en este caso, tuvo como frente libertario a una organización civil dudosa cuya cara visible es una terapeuta ocupacional llamada Bárbara Analía Vaquero Morelli, quien comenzó a aparecer en los medios para comunicar la hazaña de la "Fundación Morelli". ¿De dónde salió esta fundación?, ¿en qué quedó la denuncia al Director de Cultura bonaerense?.
Una fundación sin huella
En la página web de la entidad figura que la entidad fue creada en 1952 por el ingeniero Arturo Natalio Morelli y su esposa, Emma Juana Donniacuo, "como un proyecto de mejoramiento de los espacios urbanos, como pavimentación de calles, en Villa Luzuriaga, La Matanza". Entre 1952 y 1954, el ingeniero fue intendente interino del partido de La Matanza. Tras su fallecimiento, tomó las riendas de la Fundación su hijo, el médico y cirujano Natalio Arturo Morelli. En algún momento, entre el siglo pasado y el presente, la organización pasó a dedicarse a "brindar un apoyo integral las familias de los niños que lo necesitan, ofreciendo asistencia psicológica, respaldo y asesoramiento legal a todas aquellas personas que requieran ayuda".
Traducido: Esta entidad Morelli trabaja con infancias y discapacidad y sostienen que se especializa en "falsas denuncias", una categoría ampliamente citada por sectores conservadores que buscan legitimar el falso SAP en casos de abuso sexual en la infancia. También trabajan por instalar la categoría "filicidios", concepto que tiene una solapa propia en su web. Los describen así: "Los filicidios son actos en los que un padre o madre mata a su propio hijo".
¿Y las autoras de los libros que acusan de pervertir a infancias?
Más allá de que la denuncia penal haya sido contra Alberto Sileoni, una de las cuatro autoras de los libros denunciados, Dolores Reyes, contó en diálogo con Diario con Vos que recibió mensajes de odio y amenazas de parte de un ejército de trolls libertarios.
"Cometierra es mi primera novela, mi primer libro, y por consiguiente es la primera vez que tengo un tipo de ataque tan feroz y descolocado de gente que en realidad no leyó la novela", le cuenta la escritora a Diario Con Vos.
El ataque masivo se generó después de que Victoria Villarruel se hiciera eco de la operación de la “Fundación Morelli” y sumara, para las filas libertarias, que son "libros que exaltan la pedofilia y sexualizan a los niños".
Ante la consulta a Dolores Reyes sobre qué cree que buscan los sectores afines al Gobierno con la denuncia, la autora fue contundente: "Persiguen autoras y libros. Creo que no les importa la vida de nuestras chicas, no les importan las escuelas de barrios populares, no les importa la educación pública y sí les interesa disciplinar a los docentes y presentar al libro como un objeto peligroso".
Y agregó: "Todo esto sucede mientras no quieren regular las apuestas online para los niños, proponen bajar la edad de punibilidad a los 12 años. Parece que hay un silenciamiento hacia toda la Cultura en general".
Sol Fantín, otra de las autoras señaladas, escribió Carta a las familias en su red social de Instagram, donde estableció su posición como autora calumniada pero también como docente, profesión que ejerce hace 15 años, de los niveles inicial, medio y superior. La escritora entiende, como Dolores Reyes, que la operación de prohibición de textos literarios va en detrimento de la formación de los adolescentes.
"Si nos disponemos a censurar toda obra literaria en la que se aborde la sexualidad, la violencia, o cualquier asunto de ésos que nos cuesta procesar socialmente, tendremos que dejar de leer literatura, a secas, y contentarnos con dar a nuestros estudiantes una versión edulcorada e ingenua de la realidad, mientras que ellos se enteran de cómo es el mundo por redes sociales, librados a su suerte y a intereses de dudosa procedencia", dice en uno de los pasajes.
Cómo sigue el proceso judicial de la denuncia contra Sileoni por los "libros prohibidos"
La investigación avanza tras la declaración de los integrantes del Comité Evaluador que hizo la curaduría de los más de 100 libros que integran "Identidades bonaerenses". La Justicia investiga qué criterios se tomaron para evaluar el material, cuántos ejemplares se distribuyeron y si los adolescentes efectivamente tuvieron acceso a los libros. Si esto se prueba, se analizará si hubo delito potencial o no en el caso de Sileoni. Se trata de un proceso judicial complejo de abordar desde el marco legal.
Mientras tanto, Cometierra es de los primeros veinte entre los 100 libros más vendidos de las últimas tres semanas según el ranking de Cúspide. Ahora está en el puesto #19 de las ventas. La campaña de publicidad gratuita que generó este revuelo salió para donde no esperaban.