Si sos amante del café seguro te interesa saber cómo mantener su sabor y aroma intactos el mayor tiempo posible. Aunque es una infusión que nos acompaña a diario, muchas veces cometemos errores al guardarlo que afectan su calidad. Entonces, ¿cuál es el secreto para que se mantenga fresco? Te lo contamos.
Guardá el café en un recipiente hermético y opaco
El mejor lugar para almacenarlo es en un recipiente hermético que lo proteja del aire, la luz y la humedad. Los aceites esenciales presentes en los granos son los responsables de ese aroma y sabor tan característicos.
Si no los cuidás, puede perder calidad rápidamente. Un buen consejo es optar por un frasco de vidrio oscuro o de metal, que bloquee el paso de la luz. Esto es clave para evitar la oxidación, que es el enemigo número uno del café fresco.
No solo esto, sino que el café no se lleva bien con los ambientes calurosos ni húmedos. Por eso, elegí un lugar fresco para guardarlo, lejos de fuentes de calor como hornos, microondas o la cocina misma. Las variaciones de temperatura también afectan su calidad, así que asegurate de que esté en un sitio con temperatura estable.
Un error común es dejar el café sobre la mesada o en un lugar expuesto al sol. Evitalo. Un armario o alacena es una opción ideal para mantenerlo en condiciones óptimas.
No lo guardes en la heladera ni en el freezer
¿Pensaste que la heladera o el freezer eran buenos lugares para guardar el café? Lamento decirte que no. La humedad que se genera puede arruinar los granos o el molido, haciendo que pierdan su frescura y aroma.
Además, tiende a absorber los olores de otros alimentos que estén cerca, lo que puede alterar su sabor. La mejor práctica es mantenerlo en un lugar seco, a temperatura ambiente, y consumirlo dentro de las dos semanas posteriores a abrir el paquete.
Un café bien conservado, un placer asegurado
Guardarlo correctamente no solo preserva su aroma, sino que también mejora tu experiencia al disfrutarlo. Seguí estos consejos y asegurate de que cada taza sea tan rica como la primera.