Después de seis jornadas de testigos y alegatos, hoy el tribunal de Chubut determinó la culpabilidad del productor ganadero Ricardo La Regina del delito de daño ambiental agravado, tras utilizar una topadora en un área de su estancia, cerca de Punta Tombo, aplastando a su paso 175 nidos y matando a 105 pingüinos.
El tribunal está conformado por los jueces María Martini, Eve Ponce y Carlos Richieri. La querella incluye a Greenpeace, la Asociación de Abogados Ambientalistas y la Fundación Patagonia Natural. La causa contó con más de 50 testigos, incluyendo expertos internacionales, ya que generó atención internacional.
La pena efectiva a cumplir por La Regina será determinada el próximo lunes a las 8:30. Piden entre 4 y 12 años de prisión, en un procedimiento histórico para la justicia ambiental.
Los hechos por los que se juzgó a La Regina fueron relatados por varios medios regionales y causaron conmoción entre ambientalistas. Ahora el tribunal lo declaró culpable de daño ambiental agravado, aunque lo absolvió del cargo de crueldad animal.
“Este tribunal colegiado por unanimidad falla declarando a Ricardo La Regina como autor penalmente responsable de los delitos de daño agravado, un hecho en modalidad de delito continuado. En concurso ideal con el delito de Crueldad Animal”, determinó el cuerpo integrado por los jueces María Martini, Eve Ponce y Carlos Richieri.
Este tribunal colegiado por unanimidad falla declarando a Ricardo La Regina como autor penalmente responsable de los delitos de daño agravado, un hecho en modalidad de delito continuado
El empresario abrió entre agosto y diciembre de 2021 con una retroexcavadora un camino desde su estancia Punta Clara -lindera con el área protegida y pingüinera Punta Tombo- hacia el mar, y desmontó flora para poner un alambre electrificado. Así, asesinó a centenares de pingüinos adultos y en etapa de reproducción.
El empresario ganadero fue denunciado por su tío, Alberto, que tiene la concesión de la confitería de Punta Tombo y que fue uno de los primeros guarda fauna del lugar. Su padre, Luis, donó las tierras para crear la pingüinera (que durante décadas fue la reserva de pingüinos magallánicos más grande del mundo).
El camino, trazado paralelo al mar, tenía el objetivo de establecer límites de sucesión en el terreno. Esta zona es conocida por su alta densidad de reproducción de pingüinos de Magallanes. Al comienzo del proceso, el abogado defensor Federico Ruffa ofreció que La Regina done 500 hectáreas en compensación de los daños ocurridos y así evitar el juicio, pero el pedido fue rechazado.
En su defensa, el acusado declaró que “con el diario del lunes es más fácil decir que no fue la forma correcta", pero justificó su accionar porque "debido al contexto y las condiciones donde se desarrollaron los hechos, tampoco había otra salida porque me estaban robando mi única forma de vida, el ganado bovino". "El Estado estuvo ausente por más de 10 años y la Justicia tampoco actuó en ese momento”, agregó.