El diputado nacional de Encuentro Federal Ricardo López Murphy habló con Diario Con Vos sobre el tratamiento del Presupuesto 2025 en el Congreso de la Nación, un proyecto clave para el oficialismo que, ya avisó, de no aprobarse en el recinto, prorrogará el Presupuesto 2023, vigente actualmente. Al respecto, el legislador y exministro de Economía (2001) consideró que los números previstos en el texto para el año próximo “subestiman un poco lo que va a ocurrir”. “Un número cercano a 30% me parece plausible para el año que viene”, dijo, respecto de las proyecciones del oficialismo sobre la inflación.
¿Este presupuesto tiene soluciones sustentables como necesita el país en este momento?
El presupuesto todavía no ha sido dictaminado. Yo tiendo a pensar que debería haber algunas correcciones. Primero, porque entre la fecha que fueron formuladas las proyecciones y la fecha actual, ha habido novedades. Y en segundo lugar, porque también creo que en todos los países, en el debate parlamentario, se producen algunas modificaciones. O sea, ese tit for tat, que se usa en inglés, pero yo creo que es verdad, es parte de cómo funcionan las democracias pluralistas del mundo.
Las metas de inflación para este año son del 104% y para 2025 del 18%...
Me parece que subestiman lo que va a ocurrir. Con esto quiero decir, yo no estoy esperando una inflación desmesurada, pero digamos entre 118 y 120% me parece que sería plausible, y un número cercano a 30 me parece plausible el año que viene, pero también me parece plausible que, por todos los problemas que hay, yo no bajaría la tasa de evaluación del 2, inferiores al 2, como se comenta en el oficial.
¿Qué puede llegar a pasar con el superávit externo y la colocación de deuda en el mercado internacional?
Acá ha habido tres buenas, pero no hay que ingresar a las cuatro. La primera de ellas es la baja en las tasas de interés, tanto de Europa, como de Reino Unido, como de Estados Unidos, que son significativas. Segundo, por razones que no fueron nuestras, el tema de Ucrania, se bajaron los sobrecargos a los países deuda. Eso a nosotros nos favorece enormemente porque tenemos una deuda importante con los multilaterales. Tercero, ha llovido en los lugares donde había cosecha problematizada. Nosotros seguimos siendo un país que depende mucho de los recursos naturales. O sea, si la lluvia llega, somos un país diferente que si no llega. Cuarto, se han confirmado algunas inversiones en materia energética esperables, pero se han adelantado a lo que todos creíamos, que eso también forma parte de un ambiente si usted quiere, más favorable a que las cuentas externas luzcan mejor. Igual yo creo que los números externos van a estar más constreñidos de lo que el presupuesto oficial le explica.
¿Y qué ve en ese 20% de la deuda en el mercado internacional?
Si el riesgo país bajara, no lo que bajó, que ha sido mucho, pero tiene que bajar mucho más, lo que ocurrió hasta ahora es impresionante, pero es más impresionante lo que tiene que ocurrir. Si siguiera bajando y se facilitara el problema más grande que tienen economías como la nuestra, que es el refunding, que es el rollover de la deuda, eso ayudaría. Si el país tiene acceso a los mercados, ayuda. (...). En todos los países, ¿por qué no hay ese problema de refunding? Porque el grueso de las operaciones las hacen fondos institucionales, que están obligados a invertir en deuda pública, como son los fondos de pensión, las compañías de seguro de vida, todo lo que en el resto del mundo es inmensamente importante y que acá fue confiscado por esta brutalidad que se hizo en el 2008, que le ha creado una debilidad estructural a nuestra economía brutal. Entonces, si baja el riesgo país y accedemos al refunding, es como si usted me dijera, tiene hemorragias pero tiene la transfusión permanente.
¿Qué ve de la economía real?
Con el riesgo que teníamos, la economía real sufría mucho. En realidad, el riesgo país es más importante para la economía real que para la economía financiera. O sea, si baja mucho el riesgo país, empiezan a ser viables muchos proyectos. Por ejemplo, ayer el presidente de YPF mencionaba que ellos podrían vender Metrogas para meter más plata en Vaca muerta, porque abajo de 900 puntos es vendible una compañía. Arriba de 900 puntos no existe. Ahora, Uruguay tiene menos de 100 puntos.
Hay una creciente pelea por más fondos para jubilaciones, más coparticipación para las provincias, para las universidades, ¿cuál es su posición?
Hay un tema que hay que arreglar para evitar problemas, que es el famoso 8%. En los fallos de la Corte de hace muchos años, se estableció que usted no podía omitir meses en las reglas de ajuste para los jubilados ni tocar los índices. En los hechos el índice de enero se tocó. Eso es lo que debió haber corregido, ¿cuál fue el error del Congreso en esa cuestión? Que adornó ese proyecto con una cantidad de gasto que hicieron que le diera la excusa al Presidente de vetarlo. Yo en ese tiempo estuve pidiendo un veto parcial porque en realidad el 8% lo va a pagar sí o sí, porque lo va a pagar por los juicios. Entonces, corregir el 8% no es un acto populista, es un acto que impide que los juicios y la litigiosidad sea el norte de nuestro sistema previsional. Eso no debe ser y hay que corregirlo. Y en el tema de universidades de nuevo, ahí ha habido una creación de universidades disparatadas. (...). En el año ‘92 yo tuve una gran polémica con el ministro (Domingo) Cavallo porque yo quería que, como en Estados Unidos, las universidades de gestión estatal fueran de tipo estadual, es decir, que Córdoba pagara sus universidades pasándole los recursos. (...) si no, todo el mundo piensa en el bolsillo del payaso. Esta discusión es del año ‘92, si nosotros transferimos a las provincias con los recursos, o sea, sin hacer trampa, los gobernadores y las legislaturas se iban a poner a mirar con mucho cuidado. Pero probablemente también es cierto que fortalecería las carreras científico-técnicas, los programas de investigación, yo diría que en este tema tiene que haber una discusión más razonable. Y me parece que ayudaría enormemente que las universidades sean auditadas. Ahora parece que no se quieren auditar. Eso no ayuda. (...). Esto no es una cuestión populista, es una cuestión que hace al sentido común. No hacer trampas, actuar con realismo, actuar como se actúa en otros países del mundo. Es muy importante que los ciudadanos, los contribuyentes, sean los dueños de las universidades, porque son los que las financian. Y yo creo que es muy difícil que el Congreso Nacional revise las cosas.
En el gobierno confían que este presupuesto se apruebe, pero no descartan prorrogar el actual si eso no llegara a ocurrir, ¿cuál es su opinión?
Yo creo que sería muy bueno que aprobáramos un presupuesto, algunas modificaciones que a mí me parecen inevitables, yo mencioné en las discusiones internas que ha habido ahí, una cosa bien dura, que fue los uruguayos acaban de rechazar los 60 años y confirmar edad de 65 años con los retiros que impuso el presidente Luis Lacalle Pou. En la emergencia que nosotros tenemos, ¿cómo puede ser que esa propuesta que formulara hace 31 años el presidente Menem, que ratificara hace 24 años el presidente De La Rúa, no la podamos llevar adelante y unificar en 65 años la declaración? Esto fue planteado y nadie se anima a hacerlo. Que haya racionalidad, porque lo que se tiene que hacer en el sistema previsional es compensar a los que aportaron, que fueron los grandes perdedores, buscar una racionalidad entre la expectativa de vida y los años de trabajo y buscar que el sistema no dependa del estado de ánimo de las autoridades.
Hay un sector de la oposición que busca sancionar una ley para limitar al presidente (Javier) Milei en el uso de los DNU, ¿cuál es su posición al respecto?
Hay dos proyectos ahí que son míos, uno es de diciembre del 21. Lo primero que hay que reconocer es que la ley es de Cristina Kirchner. Reconocido eso, que fue una catástrofe institucional, podemos avanzar ahora. Fue un horror porque tenía un espíritu contra la Constitución. La idea era limitar su uso y ese decreto o esa ley impulsada por la ex Presidente lo que hizo fue fomentar su uso de la manera más descarada. En algún momento vamos a tener que ir hacia una solución que contemple que las dos cámaras intervengan, que haya un plazo de vigencia como hay en otros países y que finalmente en un proceso de 90, 120 días, estas cuestiones sean ratificadas o denegadas.
¿Le preocupa el discurso violento del Presidente?
Yo respeto mucho la institucionalidad de Uruguay y Chile. El presidente (Julio María) Sanguinetti dijo el otro día que el ejercicio de la primera magistratura, con buenos modos, una actitud dialoguista y tolerante, ayuda enormemente al progreso y a la sostenibilidad de las instituciones. Sanguinetti usa una figura todavía más complicada, él dice que anda con (José) Mujica defendiendo la institucionalidad uruguaya, usted vio que a los uruguayos les gusta aparecer todos los presidentes juntos en la foto. ¿Cuándo vio una de los nuestros?
Impensado.
En ese sentido, yo creo en un buen tono, además es una prédica muy alberdiana ya que estamos con ese tema. Está muy clara en el preámbulo, contribuir a la paz interior, consolidar la unión nacional que tiene que buscar algo que haga que sus políticas sean perdurables en el tiempo.