Tras la salida de Diana Mondino, la Oficina del Presidente advirtió que hará una “auditoría” en Cancillería para identificar a las personas que puedan tener posiciones ideológicas que el Gobierno considere “enemigas de la libertad”. Es una medida inédita y, a la vez, una expresión recargada de la política que mantuvo el oficialismo hacia adentro desde el comienzo, consistente en descartar a todo funcionario que mostrara un mínimo corrimiento de la línea de pensamiento de Javier y Karina Milei.
Diana Mondino fue eyectada de su cargo en Cancillería luego de que Argentina votara contra el bloqueo de Estados Unidos a Cuba en la ONU, posición que nuestro país mantuvo históricamente y que sólo contrariaron dos países en la última Asamblea: Israel y el propio Estados Unidos. Fue la culminación de una larga serie de tensiones y desplantes hacia la canciller, quien hace rato era vista con desconfianza por el círculo chico de Milei.
“La Oficina del Presidente informa que la canciller Diana Mondino ha presentado su renuncia al cargo de Ministra de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. En su lugar asumirá el actual embajador en los Estados Unidos, el Sr. Gerardo Werthein, quien liderará la continuidad de la transformación en la política exterior de nuestro país”, informó la cuenta “Oficina del Presidente de la República Argentina”.
A continuación, el comunicado indica que el país “atraviesa un período de cambios profundos, y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales. En este sentido, nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales”.
Sobre el final del mensaje y valiéndose de la usual terminología bélica de LLA, la “Oficina” anunció una especie de “limpieza” al interior del organismo: “La República Argentina defenderá los mencionados principios en todos los foros internacionales en los que participa y el Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”.
Según trascendió en las últimas horas, quien votó en contra del bloqueo fue el entonces embajador ante la ONU, Ricardo Lagorio, reemplazado por Francisco Tropepi a mediados de octubre. Mientras que Lagorio argumentó que respondió a órdenes de Mondino, un diplomático cercano a ella declaró a LPO que “en 11 meses, nunca tomó una decisión sola y es raro que la Rosada no supiera”.
Por otro lado, desde Casa Rosada habían anticipado la actitud vigilante que derivó en la “auditoría” anunciada en las últimas horas, cuando a mediados de este mes lanzaron una advertencia a los funcionarios de Cancillería: los instaban a “acompañar las ideas de la libertad o dar un paso al costado”, lo cual fue recibido con sorpresa y malestar.