El Banco Central decidió terminar los contratos vigentes para la impresión de billetes con la Casa de la Moneda y de esta manera las entregas de papeles de $1.000 y $2.000 demoradas por las dificultades de la imprenta estatal no se concretarán por decisión de la entidad monetaria.
Los billetes demorados ya no serán impresos dado que ya no son necesarios. Precisamente, debido a los atrasos en las entregas y el efecto de la inflación el BCRA ahora espera recibir los nuevos billetes de $20.000 y seguir produciendo los de $10.000 para cubrir con las necesidades de efectivo.
Tras esta decisión, la Casa de la Moneda quedó más cerca de la inactividad. Mediante un comunicado, la entidad informó a los trabajadores que les otorgará vacaciones anticipadas y el Gobierno ahora apuesta a la importación de billetes desde el exterior.
La resolución oficial se definió en una reunión del directorio del Banco Central. La misma estuvo motivada por dos razones. Por un lado, los altos costos cobrados por la Casa de la Moneda; por otro, el incumplimiento de los plazos de entrega.
De este modo, se rescindieron contatos de 2021, 2022 y 2023 para abastecer de billetes el primer y segundo semestre del 2022 y los primeros seis meses del año pasado. De todos modos, desde el Banco Central ya aclararon que la recisión es parcial, ya que se recibirá una parte de uno de los contratos por billetes de $2.000.
Si bien la Casa de la Moneda también tiene como tareas la confección de pasaportes y patentes de vehículos, lo cierto es que la idea del Gobierno es comenzar a importar billetes desde el exterior. A la licitación ya sepresentaron competidores de Brasil, Francia, Estados Unidos, Inglaterra y China, que parecería estar primera en la compulsa.
El espíritu de los funcionarios es cerrar definitivamente la Casa de la Moneda, aunque lo más probable es que no ocurra en breve.