El nuevo concepto de "no hay plata" aplica de lleno en el mercado de la carne vacuna, ya que su consumo no para de caer. Según la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), en lo que va del año la ingesta del alimento preferido de los argentinos se redujo en un 12,3% respecto al mismo período de 2023, marcando el peor registro, por lo menos, desde que comenzó el siglo.
Esto quiere decir que los argentinos, en promedio, consumimos 46,8 kilos por habitante al año, unos 6,6 kilos menos que el año pasado, a pesar de que los precios del producto se mantienen sensiblemente por debajo de la inflación acumulada.
Si se toma en cuenta el promedio móvil de los últimos 12 meses, el resultado es un poco mejor, ya que el consumo muestra una retracción del 10,9% hasta los 47,5 kilos por habitante al año, o sea, 5,8 kilos menos.
Mercado interno
Esto se explica por una fuerte caída en la demanda producto del pobre bolsillo de los argentinos, lo cual hizo que la industria destine el menor volumen de la producción al mercado interno de los últimos 26 años, explican desde Ciccra.
"En los primeros nueve meses de 2024 se produjeron en el país 2,336 millones de tonelada res con hueso (tn r/c/h) de carne vacuna. Esto representó una caída de 6,4% con relación a enero-septiembre de 2023. Puesto en términos absolutos, la retracción de la cantidad ofrecida de carne vacuna fue de 159,8 mil tn r/c/h", detalló el trabajo.
Con estos guarismos, el consumo interno aparente de carne vacuna habría sido equivalente a 1,646 millones de tn r/c/h en lo que transcurrió del año, resultando 11,3% menor al total registrado en el mismo período del año pasado. "En términos absolutos la caída del consumo interno habría sido de 209,8 mil tn r/c/h. Y al colocarlo en la perspectiva ´histórica´, surge que fue el más bajo de los últimos veintiséis años".