¿Qué hay detrás de la pelea por la presidencia del PJ? Mientras en el peronismo se disputan el lugar que Alberto Fernández dejó vacante, en el Congreso avanza una jugada para ponerle un freno a los dos arietes que usa Javier Milei para resolver su minoría parlamentaria, mientras el libertario denuncia un intento de golpe de Estado.
En la pelea por el liderazgo del peronismo se define –sobre todo– quién tendrá la lapicera para el armado de las listas del 2025. Para poner un ejemplo de la relevancia del asunto: quien encabece la lista de Diputados en provincia de Buenos Aires, será el mismo que, dos años después, probablemente dé la pelea por la gobernación de la provincia más populosa de la Argentina. Eso explica la disputa a cielo abierto entre Cristina Kirchner y Ricardo Quintela quien, por lo bajo, cuenta con el aval de Axel Kicillof para seguir en pie de guerra.
“Debemos tener un peronismo organizado y predecible, es lo único que nos reconciliará con la sociedad, no sé si para ganar en 2025, pero sí para ser una opción y plataforma para el 2027”, le dijo otro legislador nacional del PJ a este medio. Por ahora, el peronismo no está ni organizado ni es predecible.
Pero, ¿por qué los peronistas ponen la mira en 2027? Es que el año que viene, la tiene muy difícil. El pasado es muy reciente y ponen en juego 14 de los 33 senadores y 61 de los 99 diputados. En cambio, para La Libertad Avanza, las elecciones de medio término serán pura ganancia: cuatro años atrás, apenas sumaba dos bancas: la de Milei, y la de su vice, Victoria Villarruel. Como fuere, el PJ tiene mucho para perder y LLA, para ganar.
Mientras tanto, Cristina Kirchner sabe que no volverá a presidir la Argentina. Por eso, ahora busca hacerse de músculo político en el Congreso y tiene la mira puesta en las elecciones del año que viene: quiere “camporizar” al PJ en el Poder Legislativo, mientras Kicillof resiste.
De allí su repentino interés por un partido que en 2017 se lo regaló con moño y todo a Florencio Randazzo. Las vueltas de la vida: ahora el bonaerense renunció al partido tras enterarse que CFK daría la pelea por la presidencia, y ella organizó un operativo auto clamor para ser ungida presidenta de ese mismo partido.
Siete años más tarde, y luego del intento por parte de Máximo Kirchner de intervenirle el gobierno a través de Martín Insaurralde –hasta que se conocieron las fotos en el “Bandido” con Clerici—, Kicillof se le para de manos a Cristina. ¿Será que el economista no quiere ser el próximo Alberto Fernández? Si no le pone un freno a La Cámpora ahora, y llegara a ser presidente algún día, ya sabe cómo podría terminar la película.
Contra los arietes de Milei
Mientras algunos dirigentes de Unión por la Patria se corren de la pelea Quintela/Kicillof – CFK, dando por descontado que de alguna manera se apaciguarán las aguas (no hay tiempo, ni mucho menos plata para celebrar semejante interna en menos de un mes), ponen la lupa en los dos arietes que hoy tiene Milei para resolver su minoría parlamentaria.
El primero de ellos es el veto. Dos veces al hilo, el libertario demostró que es pragmático (y que la carne es débil): negoció al límite y reunió el tercio que se necesitaba en la Cámara de Diputados para blindar su rechazo a las dos leyes impulsadas por la oposición. Contra ese tercio, Unión por la Patria no tiene mucho por hacer.
En cambio, sí puede incidir para desactivar el otro ariete de Milei, que son los Decretos de Necesidad y Urgencia. UP no se sonroja por modificar la ley impulsada por la mismísima Cristina Kirchner en 2006. Ahora, el PJ no es gobierno y necesita ponerle un freno a la herramienta de la que se vale LLA para legislar en minoría. Por eso, en los últimos días acompañaron al bloque de Miguel Ángel Pichetto en la jugada para forzar ese debate en comisión.
Por las dudas, el jefe de Estado ya salió a decir que, de prosperar en el Congreso una iniciativa que modifique la ley que regula los DNU, él la vetará. Como la sanción de esta iniciativa le saldría “gratis” a los argentinos, porque no pone en peligro el equilibrio fiscal (como la reforma jubilatoria y el financiamiento universitario), Milei denunció un intento de golpe de Estado por parte de la oposición, que busca “cambiar las reglas a mitad de camino”.