La provoleta es un clásico indispensable en cualquier asado argentino. Rápida, sencilla y deliciosa, su preparación tiene sus secretos para lograr el equilibrio perfecto entre una costra dorada y un interior cremoso.
El amor por el queso es una de las características más destacadas de la gastronomía argentina. Este manjar, ideal para acompañar achuras, chorizos y morcillas, se beneficia del sabor ahumado que le aporta la parrilla.
El provolone es el queso ideal para este plato, ya que forma una costra crujiente sin perder su consistencia interna.
Cómo hacer la provoleta a la parrilla perfecta y convertirte en el rey del asado
Para comenzar, es fundamental elegir un provolone de buena calidad, que sea hilado y madurado. Esto asegura que mantenga su forma al calor. Además, dejar el queso reposar un tiempo antes de cocinarlo permite que su superficie se seque ligeramente, ayudando a formar esa deseada película dorada.
Método 1: con provoletera
Utilizar una provoletera es la forma más segura de evitar que el queso se derrita en exceso y caiga a las brasas:
- Calienta la provoletera: colocala sobre la parrilla con un poco de aceite de oliva durante cinco minutos.
- Coloca el queso: añadí la provoleta y condimenta con orégano, pimienta, tomillo y ají molido.
- Cocción: cociná durante ocho minutos, luego dale la vuelta para dorar el otro lado.
Método 2: directamente a la parrilla
Para quienes prefieren asar directamente sobre las brasas, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Fuego fuerte: asegurate de que las brasas estén bien calientes para que la parte exterior se dore rápidamente.
- Tipo de queso: si usás un queso económico y fresco, pasalo por harina antes de asarlo. Con un provolone de buena calidad, podés colocar directamente en la parrilla.
- Cocción: dejá en el fuego unos siete minutos, sazoná al gusto con ají molido, orégano y pimienta, y utilizá pinzas para dar vuelta, evitando utensilios que puedan deshacer el queso.
Con estos dos métodos, la provoleta será un éxito en tu asado. Con el equilibrio justo entre dorado y cremosidad, este plato seguramente encantará a tus comensales. ¡A disfrutar!