Si Argentina es un país importante en lo que respecta a la producción de granos, Brasil es una potencia. Según la Compañía Nacional de Abastecimiento de dicho país (Conab), un organismo público que se encarga de llevar adelante el seguimiento de los números del sector, se estima que la cosecha en esta campaña alcance las 322,47 millones de toneladas, lo que implicaría un crecimiento del 8,3% respecto al ciclo anterior.
Si esto sucede y se concreta, se establecerá un "nuevo récord" para Brasil, país en el cual la producción de granos no para de crecer.
Para entender la magnitud de esto, se estima que la campaña 2023/24 de granos en Argentina se ubique, clima mediante, en torno a las 130 millones de toneladas, por lo que lo que la cosecha de Brasil más que doblará a la nuestra.
De esta manera, se espera que los agricultores de nuestro país vecino cosechen 24,62 millones de toneladas más (poco menos de la mitad de nuestra producción de soja), mientras que se estima que la superficie implantada crezca 1,9% respecto a la campaña anterior, alcanzando los 81,34 millones de hectáreas.
Soja y maíz
Si bien en la producción de granos en el gigante sudamericano tiene una importante participación el arroz y los porotos (que en Argentina son consideradas economías regionales), la soja y el maíz serán los grandes responsables de la expansión productiva.
En el caso de la oleaginosa, los productores sembrarán un 2,8% más respecto a la campaña pasada y trillarán 166,05 millones de toneladas.
Para el maíz, la Conab proyectó una recuperación del 3,5% en la cosecha, con una trilla total estimada en alrededor de 119,74 millones de toneladas, quedando una superficie en 21 millones de hectáreas.
Si comparamos con Argentina, los números son más que elocuentes, cuando hace dos décadas las diferencias no eran tan grandes. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), la producción nacional de soja alcanzará las 52 millones de toneladas, mientras que la de maíz se ubicará en torno a las 47 millones de toneladas. O sea, en el caso de la oleaginosa, la producción brasileña triplica a la Argentina y en lo que se refiere al grano amarillo, la duplica.