La brecha entre lo que gana un productor por la venta de alimentos y lo que termina pagando el consumidor sigue acrecentándose. Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el precio de los agrialimentos se multiplicó 3,4 veces entre el campo y la góndola durante septiembre. Dicho de otra manera, por cada $1 que recibió un agricultor o ganadero por su producto, el ciudadano pago $3,4.
Esto implicó un aumento en la diferencia entre ambas puntas de 0,2 puntos respecto a agosto, pero también una muy marcada caída en la participación del productor en el precio final del alimentos, la cual cayó 20,1% en septiembre, ubicándose en el 24,7%, el valor más bajo desde octubre del año pasado.
"Durante el mes de septiembre, fruto de la falta de convalidación de precios por parte del consumidor, se observó una caída de demanda de alrededor del 35%. Al ser, por lo general, productos perecederos, la situación forzó a distintos eslabones de la cadena de valor (mayoristas y minoristas) a resignar parte de la renta", explicó la entidad emprearia.
Además, "debe considerarse el fuerte incremento de costos, tanto en insumos dolarizados y tasas municipales, como también en transporte, logística, arrendamientos y salarios, por mencionar algunos".
Por último, tras las fuertes heladas que habían mermado la oferta, este mes se incrementaron los niveles de producción y, como consecuencia, se observó "una disminución significativa en los precios de varios productos de la canasta, lo que explicó el descenso en la participación del productor".
Mayores brechas
Lo cierto es que existe una realidad diferente entre los alimentos de origen vegetal y los de origen animal en lo que respecta a la brecha. Así, la canasta de frutas y hortalizas mostró durante septiembre una expansión del 17% respecto a agosto, ya que los valores se multiplicaron 4,8 veces entre el campo y la góndola, mientras que las carnes y derivados solo lo hicieron en 2,9 veces.
Así, el limón encabezó el ranking de la brecha más significativa, ya que su valor se multiplicó 14,5 veces, segudio por la mandarina (9,5), la lechuga (8,7), la manzana roja (6,2) y la pera (6,1 veces).
En el caso del primero, que aumentó 25,6% en origen y 16,7% en destino, sigue atravesando una situación crítica. "Ante la falta de ventas algunos productores decidieron no cosechar, porque el precio que pagan las industrias no llega a cubrir los costos de producción", indicaron desde CAME.
Por su parte, los precios de la mandarina también se incrementaron en ambos extremos de la cadena: 15,2% al productor y 4,5% al consumidor, mientras que en la lechuga disminuyó tanto al agricultor (48,1%) como al comprador (21,9%), por un incremento en las cantidades ofrecidas.
Por último, tanto la manzana como la pera presentaron incrementos en destino (9,5% y 3,5%, respectivamente).
Menores brechas
De los cinco productos que presentaron menor diferencia entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor, tres forman parte de la canasta frutihortícola y dos de la de origen animal, apuntó CAME.
Con dos veces, el pollo fue el producto con menor brecha en el mes de septiembre, aumentando sus precios en góndola 1,4% y disminuyendo 4,8% al productor, mientras que el precio de los huevos se multiplicó 2,1, ya que incrementaron sus precios tanto en origen (7,5%) como en destino (14,6%).
En lo que respecta a los productos hortícolas, la papa (2,9) no mostró variación en los precios de góndola, pero disminuyó un 0,7% al productor; mientras que el repollo (3,1) presentó una disminución en sus precios tanto de origen (34,5%) –por incremento de oferta– como de destino (17,1%).
Por último, la frutilla, la única fruta que se ubicó entre los productos con menor brecha campo-góndola del mes. Con 3,1 veces, disminuyó su precio en ambos extremos de la cadena (46,4% en origen –por un gran aumento de oferta– y 19,6% en destino).