La primera presidenta en la historia de la Federación Agraria Argentina (FAA), Andrea Sarnari, sostuvo que hay pequeños productores por debajo de la línea de pobreza y con "riesgo de desaparecer" por cuestiones de endeudamiento, malas campañas productivas y falta de políticas activas, que deviene en un proceso de concentración en el sector.
En una entrevista concedida a Agro con Vos, Sarnari criticó la presión fiscal que pesa sobre la producción agropecuaria, pidió una política de créditos blandos y acordes a los ingresos de los productores y que ve "un futuro inmediato muy dificultoso" para algunos actores del sector,
Ya vas una semana cómo presidenta de FAA ¿Cuáles son las sensaciones de haber entrado en la historia del gremialismo rural como primera presidenta de una entidad? ¿Cómo es el rol de la mujer en el gremialismo agropecuario?
La primera semana fue tomada con mucha responsabilidad y trabajo y entendiendo lo simbólico de lo que ha significado que una mujer en 112 años de historia llegue a la presidencia de la FAA.
Tiene que ver con visibilizar el trabajo de muchas mujeres productoras, que hacemos desde la chacra, el trabajo productivo y lo cotidiano, hasta el compromiso con las instituciones, el trabajo gremial, la actividad territorial. También ha puesto en valor ese compromiso e impronta que tenemos las mujeres, que muchas veces está invisibilizado a pesar del trabajo hecho.
¿Encontró resistencia?
No, al contrario. No encontré resistencia en ningún productor, ni en ninguna filial por cuestión de género. De hecho, creó entusiasmo que una mujer pudiera conducir los destinos de la organización. Pero también reconozco que el compromiso que me han otorgado para conducir la FAA tiene que ver con mi trabajo, mi militancia y mi sentido de pertenencia y no por una cuestión de género.
¿Cuáles van a ser los ejes de tu gestión?
El fortalecimiento de la FAA para adentro, la formación de dirigentes agropecuarios, que lo habíamos dejado de costado por la pandemia y una crisis económica e institucional importante que no nos permitió seguir con el recorrido territorial y el mano a mano con el productor, y adaptar a la entidad a los nuevos tiempos y a los nuevos productores agropecuarios.
Hoy tenemos un productor atravesado por la conectividad, internet, nuevas tecnologías aplicadas al modo de producir y de vida. El desafío es aggiornar a la FAA a esta situación.
En cuanto a la formación de dirigentes, el campo ha participado poco en la política ¿al dirigente solo se lo tiene que formar para integrar FAA o también para que se meta en política?
Nosotros creemos que el dirigente tiene que estar formado para hacer política gremial y a eso tiene que estar abocada FAA. Eso implica que esa persona formada trasciende a la institución y se compromete y participa en otros ámbitos, entre ellos la política, porque se prepara también para ser propositiva para acercar políticas públicas, de relacionamiento y gestión en lo local, provincial y nacional.
El compromiso nuestro es para con la organización, pero es obvio que si están formados pueden trascender. Creo que eso debería ser automático y bienvenido sean aquellos que quieran comprometerse con la política, pero la FAA debe preservar ese lugar de gremio agropecuario y no involucrarse en la política partidaria, porque nosotros somos diversos, con una cantidad de pensamientos y de ideologías que tiene que ver con la apertura histórica de la organización.
¿Cómo está la entidad? Se ha fragmentado en los últimos tiempos e integrantes e instituciones se han ido de FAA.
No es nuevo ni me encuentro con nada novedoso en este sentido, porque siempre he sido parte de FAA. Se han dado procesos en los que las internas de la FAA han desmembrado parte de la entidad. Cada uno es libre de elegir el lugar de representación que les corresponde.
Ahora, el compromiso es con aquellas cooperativas y el movimiento cooperativo federado e instituciones que conforman el complejo federado de recomponer el diálogo en intentar hacernos fuertes, ya que estamos ante un momento económico muy dificultoso que nos afecta, sobre todo al pequeño y mediano productor que nosotros representamos. Las cuestiones personales las debemos dejar de lado y fortalecer a la organización y al complejo federados. Institucionalmente nos debemos sentar en una mesa de diálogo.
Se informó que el 53% de los argentinos son pobres ¿Ustedes ven que parte de los federados están en esa condición?
Los niveles de pobreza e indigencia que hay en Argentina nos preocupan. Primero porque somos una organización involucrada en lo social y comprometida en cada uno de los territorios del país.
Claro que hay productores desde los más pequeños y alejados, que hacen actividades productivas en las economías regionales, que están complicados en términos de estar dentro de esos parámetros de la pobreza. No de indigencia, pero sí de pobreza. Eso es preocupante y hay integrantes en esa situación tan difícil.
Pero aún no estando por debajo de la línea de pobreza, hay muchos productores que están en riesgo de desaparecer o no poder seguir produciendo y eso nos preocupa y ocupa para que no suceda. Y también nos tenemos que comprometer un poco más allá y que haya más productores y que los hijos de ellos tengan las herramientas para que puedan serlo.
La concentración voraz que se ha dado en los últimos 30 años en el sector necesitamos revertirla, siendo más productores, con más presencia y diversidad. Eso se revierte con políticas activas.
¿Cuáles deberían ser esas políticas?
Se necesita fomentar algunas producciones en particular y diversificarla. Primero tiene que haber créditos blandos para que pueda tener acceso a la tierra y a los bienes de producción. O sea, que en la ganadería podamos acceder a la compra de vacas, en la agrícola a la maquinaria e insumos. Básicamente a los medios para producir.
Tiene que haber en principio una política crediticia acorde a los ingresos del sistema productivo. Hoy meterte en un crédito es muchas veces ponerse un collar de plomo.
A veces pareciera que ser un productor agropecuario tuviera un castigo, porque lo que más te llegan son impuestos y cargas fiscales, en vez de llegar herramientas de activación. Necesitamos políticas de fomento y desarrollo.
FAA siempre pidió políticas diferenciales para pequeños y medianos productores ¿Van a seguir en esa línea? ¿Ven que pueda haber alguna recepción en el Gobierno al respecto?
Necesitamos esas políticas diferenciadas porque el campo es muy diverso y los productores muy distintos. El pequeño y mediano productor tienen que tener condiciones diferentes para poder competir en igualdad de condiciones. No pedimos que nos subsidien ni que nos regalen nada. Pero para tener igualdad de condiciones necesitamos que las políticas sean distintas.
Respecto a qué apertura puede haber sobre esto del Gobierno nacional, lo veremos con el tiempo. Ahora no vemos muchas perspectivas o que la política vaya por ese lugar, pero vamos a seguir trabajando en esa línea.
¿Qué agenda van a tener con la Mesa de Enlace? ¿Ya tiene en vista una reunión?
Todavía no lo tenemos planificado, pero sí estamos en conversación por temas transversales. Estamos viendo en nuestras agendas para poder reunirnos y encontrar ese momento.
Tiene que seguir la misma agenda que tenemos hasta ahora y seguir trabajando temas que son transversales a las cuatro entidades y tener a la mesa de enlace como una herramienta indispensable. Y después cada uno mantener su individualidad y sus cuestiones particulares.
Una de las coincidencias que tenemos y que hay que seguir trabajando, es que estamos soportando una asfixia fiscal que para los pequeños es muy acuciante, pero que atraviesa a tosos los productores.
¿Qué 2025 ven para los pequeños y medianos productores, teniendo en cuenta que no está en los planes del Gobierno sacar retenciones y el clima les está jugando una mala pasada?
Veo un futuro inmediato muy dificultoso, con muchos productores nuestros que vienen endeudados ya que el clima nos viene castigando hace un par de años. Estamos endeudados y los que salieron de las deudas no tienen recursos para encarar las campañas. Es un contexto complejo.
Hay una gran presión impositiva que no se prevé que ceda en lo inmediato y un clima que no nos ayuda, pero debemos, como organización, estar pensando en tratar de que el clima sea un factor determinante y ver si llueve o no para saber si seguimos siendo productores.
Tenemos que tener previsibilidad con políticas a mediano y largo plazo, porque no podemos depender siempre de la voluntad del Gobierno nacional que nos toque. Se necesitan políticas de Estado.