Un tenso momento se vivió ayer entre Vanesa Siley y Silvia Lospennato en la Cámara de Diputados, mientras se debatía la creación de una comisión investigadora sobre la visita de diputados oficialistas a criminales de lesa humanidad en Ezeiza.
Las legisladoras de Unión por la Patria y el PRO mantuvieron un fuerte intercambio que incluyó chicanas, gritos y burlas que incomodaron a todos los presentes, durante una reunión conjunta de las comisiones de Peticiones, Poderes y Reglamento y Asuntos Constitucionales.
El intercambio comenzó cuando Siley detuvo su exposición, irritada porque Lospennato, que dirigía la sesión, no había apagado su micrófono, no prestaba atención y seguía hablando mientras tanto.
“¿Quiere hacer su derecho a uso de la radio abierta?”, lanzó Siley con ironía. Pero en vez de aplacarse, Lospennato interpretó- o simuló interpretar- que el emplazamiento no era solo retórico y de verdad le estaban cediendo la palabra, por lo que apagó el micrófono de su contraparte y tomó la palabra. “Gracias por darme la interrupción. Usted me dijo si quería hablar. Y sí, quiero hablar…”, sostuvo.
“Gracias por darme la interrupción. Usted me dijo si quería hablar. Y sí, quiero hablar…”
Entonces llegó el momento de mayor tensión, con Siley gritando para que le devolvieran su derecho a alocución y Lospennato fustigándola por creer que podía “chicanear sin consecuencias”.
Tras casi dos minutos de un estéril intercambio, Lospennato terminó por reabrir el micrófono de Siley, que calificó el episodio como patético y se reenfocó en el tema: pidió la expulsión del diputado Beltrán Benedit, organizador de la visita a Alfredo Astiz y los otros criminales, y suspensiones para los otros cinco legisladores de La Libertad Avanza que fueron a Ezeiza.