De la presentación del presupuesto 2025 del Gobierno se desprendieron pronósticos muy optimistas para mejorar la situación económicas: Javier Milei proyecta un superávit primario del 1,3% del PBI (antes del pago de intereses de deuda) y un equilibrio financiero sin emisión monetaria ni nuevo endeudamiento, junto con una inflación anual del 18,3%, un dólar de $ 1.207 en diciembre y un rebote del 5% del PBI, dejando atrás la fuerte recesión que todavía sigue afectando a la actividad.
Para cumplir sus metas inflacionarias, el presidente aseguró a los mercados haber implementado una “metodología” que “blinda a la macroeconomía” del riesgo de abandonar el equilibrio fiscal.
"Este será el primer año de superávit fiscal sin entrar en default de toda la historia argentina", destacó el Presidente, y advirtió: "Por esto vetamos el proyecto de aumento del gasto público que sancionó este congreso; y por eso vetaremos todos los proyectos que atenten contra el equilibrio fiscal”, dijo.
Este será el primer año de superávit fiscal sin entrar en default de toda la historia argentina
El Gobierno apuesta por una convergencia con una variación de precios del 1,2% mensual y una suba del tipo de cambio del 1,7% (por detrás del ritmo actual del 2% mensual), algo que para los economistas resulta "poco realista".
Tras cuatro meses estacionados sobre el 4% de inflación, se espera que el índice de precios al consumidor (IPC) cierre con una suba del 104,4%.
Conforme al esquema de crawling peg, el dólar debería cerrar en $1.019,90 y, en 2025, subir un 18% en todo el año, hasta $1207, en línea con la proyección inflacionaria. Esta estimación, sin embargo, choca con las expectativas en el mercado de una salida del cepo con unificación cambiaria y salto del tipo de cambio.