Al arrancar la cadena nacional, el presidente Javier Milei llegó al Congreso de la Nación para presentar el Presupuesto 2025. Allí, fue recibido por los principales funcionarios, entre ellos, la vicepresidenta Victoria Villarruel, con un llamativo abrazo.
Milei y Villarruel están en un gran conflicto interno. Sin embargo, en esta transmisión oficial, se abrazaron de manera fraterna, donde incluso chocaron sus frentes. Al lado de la vicepresidenta también estaba el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
Él también lo saludó con un gran abrazo, le dio tres palmadas en la espalda y le dirigió unas breves palabras. Antes de ingresar al recinto empuñando el bastón presidencial con su mano derecha, el Presidente saludó por último el libertario José Luis Espert.
Momentos importantes del discurso de Milei
“Gestionar no es que un director nacional firme una resolución para gastar millones de pesos en servicios que el sector privado puede proveer mejor y más barato”.
“Y la mano que nos tocó a nosotros no fue, ni más ni menos, que la peor herencia de la historia democrática, tanto en materia fiscal como en múltiples dimensiones de la vida social argentina”.
“En argentina más impuestos no puede haber. Es el país con mayor cantidad de impuestos del mundo”.
“O hacemos exactamente lo contrario a lo que venimos haciendo hace más de 100 años y nos dejamos de hundir, o seguimos haciendo lo mismo, dejamos todo como está, y mantenemos este sistema putrefacto que empobrece todos los días a los argentinos”.
“La deuda es producto del déficit, la emisión monetaria es producto del déficit, la inflación es producto de financiar el déficit con emisión, la destrucción del capital es producto del endeudamiento que genera el déficit. Por lo tanto, la pobreza y la indigencia son producto del déficit”.
“Estamos proponiendo una regla fiscal inquebrantable para este Presupuesto y para todos los presupuestos que vengan de acá en adelante”.
“Nuestra metodología presupuestaria va a lograr tres objetivos inéditos. Uno, va a blindar el equilibrio fiscal para siempre, terminando con el castigo de la deuda y la emisión. Va a obligar al Estado a hacerse cargo y absorber los efectos de las perturbaciones en la economía. Y para cuando haya mejoras permanentes, como serán los años venideros, va a obligar a devolver el exceso de recaudación a la sociedad a través de la reducción de impuesto”.
“El único contexto en el que aceptaremos discutir el aumento de un gasto es cuando el pedido venga con una expresa explicación de qué partida hay que reducir para cubrirlo”.