El Gobierno de Javier Milei avanza con su motosierra en sectores estratégicos del desarrollo científico y tecnológico con una nueva ola de despidos en el Complejo Atucha, donde ya se desvincularon a unos 250 trabajadores directos y afectó a otros 350 indirectos de las obras que se estaban llevando a cabo en la construcción del reactor nuclear CAREM, el primero hecho ciento por ciento en Argentina.
Se trata de un desarrollo de vanguardia en el continente que colocaba a la Argentina entre los líderes de un mercado estratégico a nivel mundial en el desarrollo de energía considerada "limpia", compitiendo con grandes actores globales como Estados Unidos, China y Rusia.
El secretario general de UOCRA-Zárate, Julio González, explicó que se trata de una medida “desastrosa”, y graficó que desde hace meses padecen los despidos, que desde agosto suman más de 250 trabajadores directos, pero que cuando se cuentan a los indirectos la cifra aumenta a más de 600. Por este motivo llevan a cabo medidas de fuerza en el marco de una huelga por tiempo ininterrumpido.
"Es una decisión criminal que tiene que ver con el mensaje del país del norte en cuanto a la competencia de Argentina”, aseguró González en declaraciones radiales. Y agregó: "Los que padecen esta situación son los trabajadores. Hoy no solamente el riesgo era la parálisis, sino la pérdida de lo más preciado, que es el salario digno para darle una vida digna a su familia”.
¿Qué es el CAREM y por qué es importante?
CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) es un reactor nuclear de diseño y desarrollo exclusivamente nacional que goza de la valoración internacional como uno de los proyectos más avanzados para aumentar la participación de la energía nuclear en la transición de matriz energética global. El proyecto contempla un 70% de participación de la industria nacional y miles de empresas aportan servicios, ingeniería y componentes.
Hace pocos meses, el jefe de Gabinete Guillermo Francos visitó junto a otras autoridades nacionales las obras que lleva a cabo la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y destacó la importancia de “dar a conocer la potencia que somos como productores en el área nuclear y poder ofrecer al mundo este conocimiento”.
Se trata de una medida dramática para el desarrollo científico y tecnológico del país, que se encuentra a la vanguardia con este tipo de reactores. El CAREM no sólo tiene un impacto fundamental en el desarrollo energético (tendría capacidad para producir electricidad para una población de 120.000 habitantes), sino que además alcanza al campo de la salud, la ciencia y la industria, en un negocio que, además, ofrece márgenes de rentabilidad a nivel global.
Entre los planes originales, Argentina proyectaba contar con reactores entre 2025 y 2028. CAREM ya lleva invertidos 650 millones de dólares y requeriría algo así como 200 millones más para concluir. En relación a las ganancias que se podrían obtener, la venta de un reactor de la magnitud del CAREM podría significar un ingreso de 4 mil millones de dólares.