El conflicto aceitero llegó a su fin y ayer por la noche, tras siete horas de negociaciones, las cámaras patronales de la industria y los sindicatos llegaron a un acuerdo por el cual el salario de los trabajadores subirá un 26% y el sueldo básico inicial superará los $1.560.000.
"Después de siete horas de negociación se logró un acuerdo. En ambas partes primó la cordura, lo que permitió alcanzar un acuerdo mutuamente aceptable para todos. No habrá medidas de fuerza mayor y la industria va a poder seguir trabajando, gracias al esfuerzo compartido", indicaron desde la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), la entidad empresaria que comandó las conversaciones con los gremios.
Por su parte, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (SOEA) informó que tras el acuerdo el salario básico inicial -peón- a $ 1.562.655 para las y los obreros y empleados aceiteros de ambos convenios colectivos.
"En términos porcentuales este acuerdo significa un aumento del 26% sobre el salario que sumado al 76,25% de los acuerdos firmados en enero y abril pasado, comprende un aumento del 122% por el periodo de 2024", indicó el SOEA en un comunicado.
Asimismo, "en diciembre de 2024 como siempre se volverán a reunir las partes para discutir el Convenio anual y volveremos a luchar por el Salario Mínimo Vital y Móvil", sostuvo el escrito.
"Esta conquista histórica se obtuvo por la fuerza y la conciencia de las y los trabajadores, por la unidad y solidaridad entre ambas organizaciones gremiales. Y se agiganta por el contexto en que se consiguió: ante la ofensiva total del gobierno nacional sobre todos nuestros derechos laborales, sindicales, salariales y democráticos, de igual manera se logró el objetivo", culminó el comunicado del SOEA.
Así, el conflicto llegó a su fin tras semanas de una alta tensión, en donde los gremios tomaron medidas de fuerza durante una semana a principios de agosto paralizando las plantas y los puertos del Gran Rosario, que derivaron en una consecución de conciliaciones obligatorias dictadas por el Gobierno.