El complejo sojero es la fábrica por excelencia de dólares para nuestro país, representando más del 25% de las divisas que ingresan a las arcas del Banco Central y es por eso que el incremento en los niveles de procesamiento de la oleaginosa para la elaboración de harina y aceite es una buena noticia.
Según el Monitor Agroindustrial elaborado por la Cámara de la Industria de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), durante el séptimo mes del año la industrialización de soja se ubicó en 4,381 millones de toneladas, el volumen más alto para este mes en 10 años.
Desde Ciara-CEC explicaron que este incremento se debió principalmente a la importación de casi 960 mil toneladas de soja de Paraguay, logrando así que el uso de la capacidad instalada (UCI) de la industria suba al 75% frente al 68% registrado en junio. De no haber contado con la oleaginosa del país vecino, la UCI se habría ubicado en el 58%, aseguraron desde la cámara empresaria.
"De esta forma se evitó que la industria aceitera entre en una severa crisis por la falta de oferta de soja disponible y su impacto negativo directo sobre el nivel de actividad y la generación de empleo", explicó el informe.
Ventas de soja
Lo cierto es que el nivel de ventas de soja por parte de los productores se mantuvo bajo durante julio.
Durante dicho mes el promedio de comercialización semanal se ubicó en 522 mil toneladas, "50% por debajo de los volúmenes máximos alcanzados en plena cosecha cuando se negociaron en promedio más de un millón de toneladas semanales", indicó el trabajo de Ciara-CEC.
Esta situación no se modificó en agosto, ya que si bien a principios de mes las ventas alcanzaron un pico de algo más de 800 mil toneladas, durante la la segunda semana se redujo el mínimo de 229 mil toneladas, "producto en parte del conflicto gremial que afectó a buena parte de las plantas de molienda".
En la tercera semana se registró un repunte del comercio, con algo más de 500 mil toneladas.