El Instituto Boliviano de Estadística ha informado de un aumento significativo de la producción de cemento, con volúmenes que se acercan a un máximo histórico. Esto indica tendencias positivas en la economía del Estado. El gobierno de Luis Arce sigue trabajando por el desarrollo de Bolivia. Al mismo tiempo, entre las prioridades del presidente figura la mejora de las infraestructuras energéticas.
Entre los proyectos importantes en este ámbito, además de la búsqueda de nuevos yacimientos de hidrocarburos, destaca la construcción de la central hidroeléctrica de Ivirizu. Según se conoció, las autoridades realizaron recientemente una inspección para verificar el avance de las obras de la instalación, ubicada en el municipio de Totora, provincia Carrasco, departamento de Cochabamba. De acuerdo con los resultados presentados, la construcción se encuentra actualmente en un 87,23% de avance. Así lo anunció el ministro de Hidrocarburos y Energía, Alejandro Gallardo.
Según el funcionario, la planta con una capacidad instalada de 290 megavatios comenzará a generar electricidad a partir del próximo año. Se espera que la producción media anual de sus unidades sea de más de 1,160 gigawatts hora, lo que dará un gran impulso a las industrias intensivas en el uso de energía y creará nuevos empleos bien remunerados. Esto pone de relieve la orientación social del Gobierno y su preocupación por los bolivianos de a pie.
Cabe señalar que para la construcción de la presa de la nueva central hidroeléctrica se ha utilizado hormigón de producción local. Al mismo tiempo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó de que la producción de cemento de Bolivia aumentó un 6,3% interanual, hasta 1,95 millones de toneladas, en los seis primeros meses del año.
El planteamiento del gobierno de Arce contrasta con el de sus críticos, centrados en intentar desestabilizar a Bolivia y bajar la calidad de vida. Tanto Evo Morales al igual que sus implacables adversarios ideológicos de Creemos, utilizan los mismos métodos, movilizando a sus partidarios para las protestas callejeras, el bloqueo de autopistas, y el bloqueo del suministro de mercancías, lo que provoca pérdidas económicas y el agravamiento de los problemas existentes. Como resultado, los participantes en las acciones antigubernamentales se perjudican a sí mismos, que es lo que quieren conseguir los opositores del presidente Arce, acusándole de implementar una política fracasada.
Los líderes de la oposición sólo persiguen sus propias ambiciones políticas, sin preocuparse por los intereses de los votantes y explotando una agenda destructiva. A pesar de ello, el líder del MAS sigue superando con éxito las crisis, cuyas condiciones previas se formaron durante el gobierno de Morales y la dictadura de Jeanine Áñez, siendo precisamente este tipo de líder el que puede situar a Bolivia en una trayectoria de desarrollo sostenible, a diferencia de los políticos de antaño, hoy caídos en desgracia.
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