Un avión de Aerolíneas Argentinas que viajaba desde Ushuaia a Buenos Aires tuvo que volver al aeropuerto de partida por una amenaza de bomba. Entre los pasajeros se encontraban Marcelo Polino y Carmen Barbieri. Lo curioso de esto es que el "culpable" fue un legislador libertario.
Por lo que trascendió hasta el momento, el legislador fueguino de La Libertad Avanza, Agustín Coto, se vio involucrado en la falsa amenaza de bomba. "Me pasó algo surrealista", señaló. Luego, relató que al poco tiempo de que el avión realizara las tradicionales maniobras de despegue, la persona que se sentaba a su lado, un pasajero brasileño, corrió hacia el fondo del avión para hablar con las azafatas y nunca regresó.
Minutos después, el capitán anunció que había un inconveniente y debían regresar a Ushuaia. "Nos quedamos esperando hasta que llegan la Policía, los Bomberos, la PSA y de repente sube alguien al avión y me viene a buscar a mí. Y yo no entendía qué pasaba porque la verdad es que nadie me decía lo que estaba pasando", explicó Coto.
Sin embargo, lo que el legislador libertario desconocía es que el turista brasileño le había dicho a las azafatas que su compañero de viaje pretendía estallar una bomba en pleno vuelo. Por si fuera poco, también les contó que estaba mirando videos en su teléfono celular sobre cómo debía activar el presunto aparato explosivo.
Respecto a esto, Coto confesó: "Finalmente, abajo del avión, los perros chequearon mi equipaje y se dieron cuenta de que esto era cualquier cosa. Luego me iban a llevar a hacer una declaración que finalmente no hice porque entiendo que este muchacho empezó a contradecirse. Dijo cosas diferentes arriba y abajo del avión".
Y es que en la primera versión el turista brasileño sostuvo que su compañero de viaje pretendía hacer volar el avión y estaba mirando videos en su teléfono celular para hacerlo. Después, en la segunda versión aseguró que en realidad el presunto atacante le había revelado su intención de que el vuelo terminara en tragedia.
En realidad, lo que estaba haciendo Coto con su celular era jugar a un videojuego de un autito. "Yo ahora lo que espero es que esta persona tenga algún tipo de consecuencia, no puede ser gratis lo que hizo, porque además el protocolo fue costosísimo, si no esto termina siendo un incentivo para que un aburrido lo haga cada tanto", concluyó.
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