Javier Milei volvió a tener una semana trágica en el Congreso. En apenas siete días, La Libertad Avanza dejó ¡afuera! a dos legisladores a raíz de fuertes cortocircuitos. En el medio, Victoria Villarruel ahondó la grieta libertaria con la promesa de reabrir las causas contra los montoneros y, con sutileza, expuso las impericias de los propios. A la crisis interna, y tras una serie de reveses parlamentarios, el Presidente entró en modo rosca y convocó a una cumbre en Rosada para limar asperezas con el PRO. Pero Mauricio Macri agitó el avispero la noche anterior.
El oficialismo ya venía de una semana híper complicada en el Congreso, luego de sufrir tres reveses al hilo: la pérdida del control de la Comisión de Inteligencia; la sanción de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria y el rechazo del DNU de la SIDE en Diputados.
Esta semana volvió a tener al Congreso en el centro de la escena. Primero con la salida de Lourdes Arrieta, también conocida como la Dipu-Pato. Cuando su expulsión era inminente, la mendocina presentó su renuncia y armó rancho aparte. Ahora tendrá su monobloque: Fuerzas del Cielo – Espacio Liberal (FE).
La gota que rebasó el vaso de los libertarios fue la denuncia penal a sus compañeros de bloque, incluyendo al presidente de la Cámara, Martín Menem. Los que acusó de haberla llevado engañada al penal de Ezeiza. En el medio, Arrieta prendió el ventilador y publicó chats, salpicó a más diputados y hasta difundió los borradores de proyectos que apuntaban a liberar a los presos por delitos de lesa humanidad.
Horas después, mientras se encontraba en LN+, el senador Francisco Paoltroni se enteraba que sus compañeros de bloque lo expulsaban por tener “diferencias irreconciliables”. El formoseño había apuntado contra Santiago Caputo, asesor estrella de Javier Milei, por impulsar la candidatura para la Corte Suprema de Ariel Lijo. También, se había expresado en contra del DNU que amplía los fondos reservados de la SIDE.
Síndrome de Vice
Mientras tanto, la grieta entre el Presidente y su compañera de fórmula sigue acrecentándose. A días de que Milei asegurara que la visita a represores en Ezeiza no formaba parte de “su agenda”, la vicepresidenta Victoria Villarruel volvió a poner sobre la mesa la década de los 70.
La Vice encabezó un acto en el Salón Azul del Senado para anunciar que “reabrirían” (no dejó claro quiénes y cómo) las causas de víctimas del terrorismo. “Todos los montoneros tienen que estar presos, respondiendo por ensangrentar nuestra Nación”, aseveró la titular del Senado. El anuncio tomó por sorpresa a propios y ajenos. Casa Rosada se despegó del asunto.
La que salió a pegarle con todo fue la diputada Lilia Lemoine. “Villarruel está con el síndrome de la vice. Está haciendo campaña proselitista y diciendo barbaridades. No está defendiendo a la gente que la apoyó y para taparlo mete un acto diciendo que va a meter presos a todos los montoneros, ¿también a Bullrich que está haciendo bien su trabajo?”, dijo la libertaria en CNN Radio.
Además de impulsar una agenda que incomoda al Ejecutivo, Villarruel se despegó de la expulsión del formoseño: dejó trascender que rechazaría la nota firmada por los cuatro de los seis senadores en pie.
Cuando el tema salió en los portales, explicó: “Presidencia del Senado no decide la expulsión o inclusión de los senadores miembros de los bloques, eso lo hacen los mismos bloques y como no era correcto el pedido presentado por el senador Atauche se le pidió que cumpla con la formalidad de solicitarlo como corresponde”.
Con ese tuit no solo dejó en claro que ella no participaba de la salida del formoseño. Pero, sobre todo, expuso la falta de experiencia de los senadores oficialistas, que desconocen el funcionamiento de la Cámara. La vice no da puntada sin hilo.
Milei en modo rosca
En medio de la tormenta, Milei decidió involucrarse en una agenda que desprecia: la del Congreso o, como él le dice, “el nido ratas”. El libertario cayó en la cuenta de que si no tiende puentes con los bloques aliados, la gobernabilidad peligra. En las últimas sesiones, el PRO demostró su poder de fuego.
Por eso, el Presidente mantuvo dos cenas con Mauricio Macri, quien viene ejerciendo presión para que le hagan un lugar a los suyos en el gabinete libertario. Además de cenar milanesas y entraña con el fundador del PRO, Milei hizo lo que nunca antes: ayer recibió en Casa Rosada los jefes de bloque de Diputados Cristian Ritondo (PRO), Oscar Zago (MID) y Gabriel Bornoroni (LLA), y su par del Senado, Ezequiel Atauche, además de algunos de los principales referentes de cada espacio.
Entre ellos, José Luis Espert, Nicolás Mayoraz, Lisandro Almirón, “Bertie” Benegas Lynch, Bartolomé Abdala (LLA); María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Silvana Giudici, Alejandro Bongiovanni y Luciano Laspina (PRO).
¿El motivo de la cumbre? Intentar aunar fuerzas y limar asperezas en medio de la tormenta que pone en peligro la actividad parlamentaria. Durante el encuentro, Milei esbozó los motivos del veto de la ley previsional, el plan económico y el Presupuesto 2025, que debe ingresar por Diputados antes del 15 de septiembre.
La rosca, las negociaciones y la estrategia legislativa son tareas que Milei venía delegando en el exjefe de Gabinete, Nicolás Posse, y que luego recayeron en su sucesor, Guillermo Francos. Incluso su hermana, Karina Milei, participó de algún encuentro con diputados en medio de las negociaciones por la Ley Bases. Esta vez, fue el mandatario quien tomó el toro por las astas.
Es que la tormenta que atraviesa el oficialismo en el Congreso promete seguir. Por un lado, el Senado se prepara para rechazar el DNU que amplió en $ 100.000 millones los fondos reservados de la SIDE. De reunir los votos, sería la primera vez en la historia que el Congreso rechaza un decreto de necesidad y urgencia. Más allá de que el grueso de esos fondos ya fue gastado por la Secretaría de Inteligencia, la foto de la derrota sería contundente.
Peor aún sería esa foto si tanto Diputados como el Senado vuelven a reunir los dos tercios y desactivan el veto de la ley previsional que Milei rechaza por atentar contra el equilibrio fiscal.
Se vienen tiempos decisivos en el Congreso para el Gobierno. Retomar el diálogo con los amarillos y el MID es clave: el oficialismo tiene, ahora, apenas 37 diputados y 6 senadores. Cada aliado cuenta, y mucho.
Macri agitó el avispero
Pese a los intentos por parte de Milei de limar asperezas con los amarillos, Macri agitó el avispero. Horas después de cenar con el Presidente, chicaneó al riojano. "Hay que saber conducir la Cámara de Diputados", dijo Paraná el jueves por la noche, en un evento de la Fundación Pensar. En primera fila se encontraba Ritondo, el elegido de Macri para ocupar esa silla.
La chicana contra Menem no cayó nada bien entre los libertarios. “Hay algunos que dicen que ‘hay que saber conducir el Congreso’. Son los mismos que no supieron conducir el Ejecutivo cuando tuvieron su oportunidad”, tuiteó Bornoroni.
Por eso, al encuentro en Rosada, los leones fueron con la misión de marcarle la cancha a Zago y Ritondo. “La presidencia es de Martín”, le dijeron a este medio minutos antes de que iniciara la cumbre.
Por lo pronto, Menem pegó el faltazo pese a que ya había confirmado su asistencia.