El nombre de Alejandro Roemmers recorrió las redes sociales y los medios de comunicación a principios de mes, aunque esta vez no fue por sus visitas al Vaticano, ni por su gusto por la escritura o sus numerosas participaciones en eventos filantrópicos. Un hombre lo denunció, en pleno Senado de la Nación, por encabezar una red de trata. A pesar de que la causa tiene unos dos años, sus abogados decidieron que recién ahora las circunstancias ameritan dar explicaciones.
“Lo que Roemmers quería evitar era esto, porque prefiere no tener ni siquiera publicidad por defenderse. Ahora, cuando esto explotó porque en el Senado tomó otra relevancia, se sintió en la necesidad de por lo menos hacer un comunicado de prensa. Pero la idea siempre fue mantener el perfil bajo”, lamenta Juan Manuel Novello, abogado del empresario, en conversación con Diario Con Vos.
El letrado asegura que todo aquello de lo que se acusa a su defendido es falso. Al reconstruir la historia de la demanda, sostiene que, en realidad, el denunciante tenía “una relación de amistad, de mucha frecuencia” con otro de los señalados en la causa, Matías Barreiro, contra quien fue la denuncia en un principio.
Según reconstruye Novello, el denunciante habría declarado que trabajaba para Barreiro consiguiendo lugares y personas para que participaran de una serie de “fiestas que derivaban en situaciones non sanctas”. En ese punto, se abrió una investigación específica por trata de personas en la Justicia Federal y el nombre de Alejandro Roemmers habría llegado al expediente porque “Barreiro tiene conocidos en común” con el empresario farmacéutico.
De acuerdo con los dichos del abogado, Alejandro Roemmers sólo coincidió con el denunciante, Roberto Mazzoni, una vez, en una “merienda o cena” con el bailarín Hernán Piquín, quien llevó con él y le presentó a Mazzoni como “su pareja”. Novello también descarta vínculos entre el dueño del laboratorio y Barreiro.
“Hay otro de los denunciados que tiene un gimnasio que llamó la atención porque está abierto 24 horas”, señala el letrado. Entonces, continúa, “había gente, tal vez de la farándula, o modelos, o gente que tenía alguna participación en algún boliche o alguna trascendencia pública -no te quiero decir famosos porque no llegaban a eso- que iban a ese boliche y capaz usaban unos horarios medio inusuales para no ser perseguidos por algún paparazzi”.
A través de ese gimnasio, Mazzoni se habría dedicado a conseguir “mujeres y varones para que participen en las fiestas que supuestamente le mandaba a organizar Barreiro”. Siempre siguiendo la palabra de Novello, el denunciante habría dado por hecho que, como había personas en ese gimnasio que tenían conocidos en común con Roemmers, “Alejandro también haría ese tipo de fiestas”.
En su declaración en el Senado de la Nación, Mazzoni apuntó también contra el juez Ariel Lijo, por ser quien está a cargo del expediente y quien lo archivó en un primer momento. Ahora, tras una apelación, la causa volvió a abrirse y Mazzoni reclama que el magistrado cite a declarar a los testigos que él mencionó.
Para responder a ese señalamiento, el defensor de Roemmers asegura que si el juez Lijo archivó la causa fue porque no había ningún elemento probatorio contundente. Además, acusa al denunciante de nunca haber dado los datos de los testigos que mencionó en su exposición en el Senado.
¿Por qué una persona denunciaría falsamente haber sido víctima o testigo del accionar de una red de trata de personas? Novello esgrime intereses económicos por respuesta: “Su intención es molestar, ya sea mediante la Justicia y, si no, por otros medios. Con intenciones, creo yo, espurias”.
En ese sentido, relata un episodio en el que, previo a la acción judicial, los abogados del denunciante citaron a los representantes de Roemmers en un café para llegar a un arreglo previo, propuesta que dice haber rechazado por encontrarla extorsiva.
El DNI falso de Roemmers
Durante su testimonio, Mazzoni también señaló otras irregularidades judiciales, destacando el hecho de que Roemmers se presentó con un número de DNI falso al juzgado. “Cada vez que me preguntan sobre eso, y me hago cargo, es una daga que me clavan a mí porque el error fue mío. Mi cliente, hablando mal y pronto, me viene cagando a pedos cada vez que sale esta situación”, dice Novello con una mezcla de actitud confesora y risa avergonzada.
“Al momento de presentar una eximición de prisión, yo copié mal el DNI. (En ese momento), tenía otra documentación, era un poder de Alejandro. Copié y pegué de ahí y la verdad que estaba distraído y en vez de copiar el nombre de Alejandro con el DNI copié el nombre de Alejandro con el DNI del que era el apoderado”, detalla el letrado.
Dicho esto, destaca que no tendría sentido que Roemmers firmara intencionalmente con DNI falso una eximición de prisión, porque el hecho de que la Justicia conceda tal documento significa que “la denuncia no tiene una solvencia tal como para restringir de alguna manera la libertad de alguien”.
“Entonces imaginate que es un contrasentido que Alejandro se presente a firmar un acta donde le están diciendo ‘en principio tenés razón, en principio vas ganando’ con un documento trucho”, resalta el abogado. En esa línea, agrega que los empleados arrastraron su error: “En el juzgado, cuando le hacen el acta de compromiso, hacen lo mismo: copian y pegan de mi escrito, que es virtual, en vez de agarrar el DNI, mirarlo y copiarlo”.
Las fiestas y los asistentes
En conversación con este medio, Viviana Caminos, presidenta de la Red Alto al Tráfico y la Trata y acompañante de Mazzoni en su denuncia, sostenía que el modus operandi de los denunciados consistía en la organización de fiestas donde los presentes consumían sustancias y abusaban de menores. “Alejandro Roemmers no organiza fiestas”, descarta su abogado a ese respecto.
“Lo que sí te puedo decir -prosigue- es que él tiene asistentes. O sea, tiene una vida muy distinta a la que podamos tener nosotros y la que tiene cualquier ciudadano medio. Entonces tiene un chofer, cuando se le ocurre este que tiene ganas de hacer deporte y le gusta el fútbol, contrata a una persona especialista en fútbol”, ejemplifica.
En términos del abogado, el dueño del famoso laboratorio tiene un asistente “para todo” y varias propiedades. “La verdad que Alejandro, más allá de la fortuna que tiene, es un tipo muy amable, es un hombre muy inteligente, da gusto hablar con él y no trata a los empleados como el típico jefe que mandonea. Entonces se genera esa situación más humana, digamos, porque más allá de que sea un personaje público y tenga dinero es un ser humano que le gusta relacionarse con personas”, profundiza Novello.
Al no ser “una persona común”, explica su defensor, Roemmers “tiene que cuidarse” y por eso “capaz vas a tomar un té con Alejandro y hay un grupo de cuatro, cinco o seis personas que parecen una familia, que los trata como si fueran sobrinos, y en realidad son los empleados. Capaz que de ahí está el imaginario colectivo, esa fantasía de que estas personas estarían ahí porque están cooptadas, porque hacen fiestas o por lo que fuera”.
“La realidad es que Alejandro trabaja en el tema del laboratorio, con los medicamentos, lo cual tiene que ver con una imagen saludable. Entonces sí, la gente que está contratada ahí, por ejemplo, los custodios, tienen cuerpos atléticos y demás, pero porque es gente que se entrena para su oficio”, se explaya el abogado y apunta que “en algún evento del laboratorio Roemmers se contratan presencias” pero “como se contratan en un montón de lados”.
Alejandro no hace ningún tipo de esas fiestas ni reuniones nocturnas y no consume ningún tipo de sustancia.
Y añade: “Alejandro tiene su vida privada íntima como cualquier ser humano, pero siempre está acompañado de tres custodios, dos choferes. Entonces, si se va a tomar un trago a la noche a un lugar y hay cinco muchachos musculosos que lo acompañan, parece que los fue a enfiestar a estos muchachos y no, son asistentes de él que lo acompañan y no participan en nada. Pero bueno, capaz la imaginación de Mazzoni llevó a esta situación”.
La realidad, en palabras de Novello, “es que Alejandro es un hombre grande, no hace ningún tipo de esas fiestas ni reuniones nocturnas y no consume ningún tipo de sustancia”.