Es 2004. La Bersuit acaba de lanzar la segunda parte de La Argentinidad al Palo; Ricardo Darín se luce en uno de los estrenos más esperados del año, Luna de Avellaneda; el presidente es Néstor Kirchner y el dólar está $3; Gastón Gaudio le gana la final de Roland Garros a Guillermo Coria y Argentina pierde la final de la Copa América con Brasil, con Marcelo Bielsa sentado en el banco de suplentes. Además, asoma y con fuerza la Generación Dorada.
Es que en básquet, la Selección dirigida por Rubén Magnano, con Manu Ginobili como emblema, busca la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas, a los que llega después de perder la final del Mundial de Indianápolis 2002 frente a Yugoslavia, luego de ganarle las semis a Estados Unidos. Y la consigue, en uno de los hitos más grandes de la historia de nuestro deporte.
Es que un día como hoy, pero 20 años atrás, Argentina le ganó a Italia por 84-69, después de vencer al dream team de Estados Unidos en semifinales y se colgó el oro. En este contexto, Fernando Duró, asistente de Rubén Magnano en Atenas 2004, habló en exclusiva con Diario Con Vos, a dos décadas de la hazaña que consiguió junto a la Generación Dorada.
Fernando Duró y el relato en primera persona del oro olímpico
“En la previa a los Juegos Olímpicos la expectativa no era el oro, sino que era una medalla, no nos importaba el color. Sabíamos que podía ser algo histórico y después del antecedente del Mundial de Indianápolis, en el que nos presentamos al mundo, pensábamos que podíamos llegar en plenitud a Atenas. Pero no soñábamos con la dorada”, remarcó, en diálogo con este medio.
Duró reconoció que el arranque del equipo fue irregular que tuvo de todo: la palomita de Ginobili contra Serbia y las derrotas contra España e Italia, lo que los llevó a los cuartos de final con el local, Grecia, ante 20 mil personas. “Creo que ahí nos dimos cuenta que podíamos aspirar una medalla y ya afrontar la semifinal con Estados Unidos de otra forma”, sostuvo, sobre el triunfo 69-64 contra los griegos.
Después, llegó Estados Unidos plagado de estrellas de la NBA como LeBron James, Tim Duncan y Carmelo Anthony. Según relató la mano derecha de Magnano, el partido se planificó sabiendo que podían estar a la altura de los norteamericanos, debido a que ya lo habían estado en Indianápolis. “Creíamos que podíamos soñar con ganar y pasar a la final de los Juegos Olímpicos”, señaló.
De esta manera, aseguró que después de perder la final del Mundial de Indianápolis habló con Magnano y se plantearon con mucha seriedad el sueño de poder conseguir una medalla olímpica.
Cuándo se empezó a gestar el triunfo de la Generación Dorada
Para Duró todo empezó con la palomita de Ginobili frente a Serbia, en lo que fue una revancha de la final del mundo de Indianápolis frente a Yugoslavia, que tenía varios de los jugadores que tuvo Serbia después. Es que además en la preparación previa la Selección no había ganado ningún partido, por lo que fue “un momento de mucha implosión, con la carrera galáctica de Magnano”.
Después de eso, el equipo se sacó una gran presión y poco a poco se dieron cuenta de que estaba creciendo de nuevo y estaba volviendo a ser el que fue en la Copa del Mundo.
El manejo de un equipo plagado de estrellas en Atenas
El también exentrenador de Obras Sanitarias se refirió además al manejo del equipo, que estaba plagado de estrellas internacionales. “Magnano obviamente que tuvo gran responsabilidad en la conducción del grupo, pero el plantel hizo muchísimo para que fuera fácil”, aseguró.
Finalmente, Duró agregó que había un potencial de jugadores de la NBA, la Euroliga y de la Liga ACB de España que creyeron que juntos podían lograr un gran objetivo. “Los que no jugaban estaban listos para para hacerlo y potenciar al equipo, ellos lo hicieron muy fácil”, concluyó.