A pesar de estar en circulación desde hace un tiempo, el billete de $10.000 sigue siendo fuente de problemas para muchos usuarios. Uno de los principales inconvenientes radica en la falta de adaptación de los cajeros automáticos para aceptarlo, lo que genera que algunas personas prefieran evitarlo.
El billete, que presenta a Manuel Belgrano y María Remedios del Valle en su anverso, y una recreación artística de la Jura de la Bandera en su reverso, enfrenta dificultades similares a las que han tenido otros ejemplares emitidos por el Banco Central.
De hecho, se espera que esta situación también se repita con el futuro billete de $20.000, previsto para salir a circulación en octubre.
Chau billete de $10.000: cuál es el motivo por el que cada vez más personas se lo sacan de encima
El principal problema surge porque algunos cajeros automáticos aún no están configurados para aceptar el billete de $10.000.
Aunque muchas entidades bancarias han avanzado en la actualización de sus sistemas, persisten casos en los que las máquinas rechazan estos billetes al intentar depositarlos. Se estima que este inconveniente será resuelto en las próximas semanas, cuando todos los cajeros estén completamente adaptados.
Pero este no es el único obstáculo: algunos historiadores cuestionan la precisión histórica del billete. La fecha que aparece en la Jura de la Bandera ha generado debate, ya que si bien la bandera fue enarbolada el 27 de febrero de 1812, no fue oficialmente autorizada por el Triunvirato. Para muchos, el primer juramento formal ocurrió el 13 de febrero de 1813, a orillas del Río Salado, en Salta, lo que añade un matiz de controversia.
Qué hacer si un cajero rechaza el billete de $10.000
Si un cajero automático no acepta el depósito de billetes de $10.000, las entidades bancarias recomiendan a los clientes acercarse a una sucursal para cambiarlos por otros de menor denominación que sean admitidos por las máquinas. Este consejo también será aplicable cuando el billete de $20.000 entre en circulación, ya que se anticipa que enfrentará el mismo inconveniente.
Con el paso del tiempo, los bancos deberán resolver estos problemas de infraestructura para que los billetes de alta denominación sean aceptados sin contratiempos. Mientras tanto, los usuarios tendrán que recurrir a soluciones alternativas para continuar con sus operaciones financieras diarias.