El Congreso entró en modo Succession: la serie de HBO protagonizada por la familia –bastante disfuncional— de los Roy, que gira en torno a las peleas y alianzas que tejen y destejen (y vuelven a tejer) entre sí, para hacerse del control del emporio fundado por Logan, el patriarca.
Así como en Succession, donde los que ayer eran enemigos hoy pasan a ser aliados, con altas chances de volver a encontrarse en bandos opuestos en poco tiempo, en el Congreso se vienen tejiendo alianzas contradictorias y de corto aliento. Pero que, sobre todo, parecían impensadas hasta hace unos meses atrás, cuando “la grieta” kirchnerismo - antikirchnerismo seguía vigente.
Esta semana se cristalizó –como nunca antes de diciembre a la fecha— cómo el triunfo de Javier Milei pateó el tablero político a niveles impensados. En apenas tres días se vieron mayorías circunstanciales de lo más diversas.
Lousteau presidente
La primera alianza que dio de qué hablar, y mucho, se produjo el martes, cuando el radical Martín Lousteau reunió los votos necesarios para presidir una comisión clave y extremadamente sensible: la bicameral de Inteligencia. En medio de los fuertes cuestionamientos por el DNU que amplió en $ 100.000 millones los fondos reservados de la SIDE, el economista quedó al frente del único cuerpo con facultades para acceder a la letra chica del destino de esos fondos.
Para hacerse de ese lugar, el líder de la UCR reunió los votos de su correligionaria, la diputada Giselle Coletta, y de los 6 legisladores nacionales de Unión por la Patria. Como yapa, quedó escoltado por dos ultrakirchneristas: Leopoldo Moreau, vicepresidente, y Oscar Parrilli, secretario. Con esa elección, quedaron fuera de carrera los candidatos de Patricia Bullrich, Martín Goerling; y de Santiago Caputo, Edgardo Kueider. El primero, vetado por el consultor todoterreno. El segundo, por UP: ven a Kueider como un “desertor” tras su acompañamiento a la Ley bases.
El PRO, UP y la Izquierda… unidos
Menos de 24 horas después, el miércoles, Mauricio Macri le declaró la guerra al estratega de Javier Milei. Las miradas sobre el destino de los fondos reservados de la SIDE están puestas sobre Caputo por una sencilla razón, el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, responde directamente a él.
El calabrés jugó fuerte. Cuando faltaban 10 minutos para que comience la sesión convocada por Encuentro Federal (más conocido como “el bloque de Pichetto”), la Coalición Cívica y un sector de la UCR, Macri dio la orden de que los amarillos bajaran al recinto.
Salvo contadas excepciones (todas bullrichistas), los diputados del PRO no solo dieron quórum, que al filo del inicio de la sesión peligraba, sino que acompañaron, junto con los bloques que pidieron la sesión, la Izquierda y UP, el rechazo al DNU.
La jugada de Macri tuvo un claro objetivo: enviarle un mensaje a Caputo, que viene excluyendo al PRO de la estructura libertaria para, en cambio, sumar referentes del peronismo, como Daniel Scioli.
Semanas atrás, en el acto en el que le pidió –sin disimulo— algunos ravioles a Milei, Macri ya había apuntado contra el monotributista al señalar: “A pesar de la enorme apertura y de la genuina voluntad de sumar que se tiene el Presidente, lo que pudimos ayudar fue a pesar de su entorno”.
Pero, lo de esta semana fue munición pesada, que también tuvo su impacto dentro del partido, al reavivar la interna Macri-Bullrich. La ministra de Seguridad ordenó que cinco de sus laderos votaran en tándem con los libertarios, y después fue muy dura con todos aquellos que votaron “junto al kirchnerismo”.
Otro tema que alineó al PRO, la UCR y Unión por la Patria fue el proyecto que modifica la fórmula previsional y, entre otros ítems, recompone la inflación de enero. Fue este jueves, en el Senado, cuando todos esos senadores acompañaron con su voto la media sanción de Diputados; aquella que Milei ya había amenazado con vetar. La única excepción fue la senadora del PRO Carmen Álvarez Rivero, que levantó su mano junto con los 7 libertarios. Del otro lado se ubicó el resto de la Cámara.
Lo llamativo es que en Diputados, la bancada votó en contra de ese mismo proyecto. Nobleza obliga, en el Senado, salvo Guadalupe Tagliaferri, los amarrillos rechazaron varios artículos al momento de la votación en particular.
Más allá de que al día siguiente Macri salió a bancar el veto de esa ley, esta semana fue un antes y un después para la relación PRO-LLA. Claramente, los amarillos ya no son un aliado “incondicional” del oficialismo.
UP y LLA: la frutilla del postre
Si el alineamiento PRO-UP por las jubilaciones y el DNU de la SIDE llamó la atención, resta mucho por ver. El miércoles se vio el tráiler de lo que podría ser una nueva temporada de Succession. Mientras Diputados rechazaba el decreto, en el Senado, Ariel Lijo defendía su candidatura a la Corte Suprema. El capítulo Lijo podría generar una nueva alianza entre Unión por la Patria y La Libertad Avanza.
Esta semana, en UP se mostraron dispuestos a negociar el pliego del juez con los libertarios. “Están abiertas las puertas”, reconoció el camporista Mariano Recalde, al hablar sobre las negociaciones en el Senado. Además, en LLA podrían bajar, si es necesario, al segundo candidato de Milei, Manuel García Mansilla para allanarle el camino a Lijo.
En la vereda de enfrente se ubicarían el PRO, junto con dos díscolos: la vice, Victoria Villarruel, y el senador Francisco Paoltroni. Ya ambos rechazaron el pliego de Lijo.
Y, en el caso del formoseño, apuntó directamente contra el estratega. “Que Milei retire el pliego y mande a Caputo a fumar al quincho del fondo”, dijo el senador. Y recalcó: “Vinimos a cambiar el modelo económico y el modelo de la casta. El Señor Santiago Caputo se está olvidando del modelo de la casta”.
Habrá que ver cómo reacciona Bullrich si LLA vota “junto al kirchnerismo” el pliego del magistrado que tanta polémica viene despertando. Mientras tanto, hay que preparar los pochoclos porque se viene la secuela de la fórmula previsional.
Milei ya avisó que vetará el cálculo impulsado por la oposición y en Diputados empezaron los movimientos para insistir con la ley. Para torcerle el brazo a Milei, ambas deberán volver a alcanzar los dos tercios.