Julio César Grassi, quien fue condenado a 15 años de prisión por abuso sexual infantil agravado y corrupción de menores, se autodefenderá en una audiencia para definir si recupera su libertad de forma anticipada.
El cura permanece en la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana, en un pabellón para presos con buena conducta. Su condena pesa sobre él por crímenes cometidos en 1996 en la Fundación Felices los Niños, que había sido fundada por él mismo en 1993; aunque recién se lo condenó en 2009 y no fue a la cárcel hasta el año 2013.
En ese entonces, Grassi no sólo contaba con una fundacióncon propiedades en todo el país, un hogar y una escuela, sino que también se paseaba por los canales de televisión y visitaba tanto la Casa Rosada como la Quinta de Olivos, así como participaba en actos y eventos religiosos.
De acuerdo a lo estipulado, el sacerdote, a quien la Iglesia Católica nunca expulsó del clero, recién cumpliría su pena el 30 de mayo de 2028. En mayo de este año, tras cumplir 10 años en prisión y amparándose en los informes de buena conducta y concepto que hizo el Servicio Penitenciario, decidió solicitar la libertad anticipada.
El abogado de las víctimas Juan Pablo Gallego rechazó el pedido de liberación aludiendo al daño que eso implicaría para las víctimas. "Mi postura es la de oponerme al pedido por el daño que esto le podría producir a las víctimas. Grassi no acepta haber cometido los delitos, no acepta hacer ningún tipo de tratamiento psicológico. El hermano es quien propone el lugar donde va a vivir pero él también niega los hechos. Por todos esos elementos rechazamos el pedido: por su perfil no está en condiciones de ser externado", explicó.