En medio de la interna entre Javier Milei y Victoria Villarruel, este miércoles se presentará Ariel Lijo, candidato del Presidente para la Corte, en audiencia pública en la comisión de Acuerdos del Senado. La vicepresidenta ya se pronunció en contra de la designación del polémico juez en el máximo tribunal, y ya habría acordado dilatar su aprobación lo máximo posible.
A pesar de la negación oficial del Gobierno sobre esta discordia entre el binomio presidencial, Villarruel está muy enojada no haber sido invitada a la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas. Si bien no responsabiliza de manera directa a Milei, sí señala al “entorno” más próximo del mandatario.
En este contexto, la vicepresidenta habría recibido un llamado de Mauricio Macri, interesado también en que Lijo no sea aprobado como juez de la Corte Suprema. El expresidente le dijo, según informó La Política Online, que tienen que evitar que avance el pliego y se comprometió a hablar con la senadora larretista Guadalupe Tagliaferri, que preside la Comisión de Acuerdos, para que lo estanque lo máximo posible.
Villarruel, por su parte, le dijo a Macri que hablará con los senadores peronistas para sumarlos a su jugada de frenar el pliego. En los bloques aliados al gobierno creen que el peronismo no acompañará por ahora a Lijo, ya que espera una negociación para ampliar la Corte y que se designe al Procurador. Mientras tanto, en el oficialismo dicen que antes de negociar con el peronismo quieren que se aprueben los pliegos de Lijo y Manuel García-Mansilla, opción que parece difícil que se acepte.
La vicepresidenta cree que desde el entorno de Milei se la destrata mucho, y se van sumando diferentes episodios que demuestran que la relación entre ambos no es la mejor. En los últimos días, Villarruel suspendió a último momento su visita a Mendoza para conmemorar el 174 aniversario del paso a la inmortalidad de San Martín. Acusó baja presión y no quiso demorar el vuelo de línea
Esto se dio después de que, según Villarruel, no la invitaran al acto de entrega de los despachos y sables a los nuevos generales, almirantes y brigadieres de las Fuerzas Armadas. Desde el Gobierno se desentendieron y consignaron que la responsabilidad de cursar las invitaciones dependía del ministerio de Defensa, y no de Karina Milei, como tracendió.