La UCR necesita una brújula. Definir una identidad o, al menos, una estrategia. Los radicales, como todo el arco político, quedaron desencajados tras el triunfo de Javier Milei. Oficialismo u oposición, esa es la cuestión. Mientras ellos oscilan, le regalan tiempo al Ejecutivo para seguir gastando, sin control alguno, los fondos reservados de la SIDE, que ampliaron en $ 100.000 millones.
En lo que va de la gestión de Milei, el partido centenario ya le causó dos dolores de cabeza al oficialismo. En Diputados, aprobaron la nueva fórmula previsional y la ley de financiamiento de las universidades. Ambos temas atentan contra la principal política económica de Milei: el equilibrio fiscal. De ser sancionados los proyectos, el Presidente amenazó con vetarlos. El costo político de hacerlo es alto pero –insiste el jefe de Estado—“no hay plata”.
Lo curioso es que, al mismo tiempo, esos mismos radicales son ambivalentes frente al polémico Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que multiplicó los fondos reservados de la SIDE por 8.
La Coalición Cívica, la Izquierda, Unión por la Patria, junto con Encuentro Federal (“el bloque de Pichetto”) fueron contundentes frente al tema. Todos ellos rechazaron de plano el DNU y alertaron que los fondos podrían destinarse a espionaje ilegal y financiamiento de trolls.
Algunos dirigentes apuntaron al asesor todopoderoso de Milei, Santiago Caputo. El motivo es simple: el director de la SIDE (carente de experiencia en la materia) fue puesto por él.
Comunicado, marchas y contramarchas
Los radicales, que en un primer momento se sumaron al rechazo, comenzaron a flaquear. Y el tema derivó en una división de aguas puertas adentro, que se cristalizó durante la maratónica sesión que se celebró esta semana. La bancada que conduce Rodrigo De Loredo se fracturó ante a la propuesta de Maximiliano Ferraro (CC) de incluir en el debate el tratamiento del DNU en cuestión.
La fractura debería haber llamado la atención, por varios motivos. En primer lugar, porque se trata de un tema que ellos mismos definieron como “sensible para la democracia”. ¿Hay medias tintas frente un tema tan delicado?
Además, el DNU va a contramano del “no hay plata” que pregona Milei. Y que, justamente, podría ser el motivo por el que el Presidente vete sus dos logros: la fórmula previsional y el financiamiento universitario.
Pero, más allá de lo discursivo e ideológico, días atrás, esa bancada había difundido un comunicado exigiendo el “urgente tratamiento” del DNU en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que evalúa la constitucionalidad de los decretos.
Lo cierto es que el día que esa comisión se reunió (luego de tres meses de inactividad) los radicales que la conforman, Víctor Zimmermann (senador) y Francisco Monti (diputado), no quisieron votar la moción impulsada por UP para sumar al temario el DNU en cuestión. Nota al pie: la comisión se reunió tras un pedido a su presidente que el propio Monti impulsó.
En otras palabras, apuraron a la comisión para debatir el DNU de la SIDE pero después no quisieron ampliar el temario para debatirlo. ¿Fue por temor a quedar pegados al “kirchnerismo”?
Uno de los argumentos que dieron los legisladores es que quieren es que el asunto se discuta en la Bicameral de Inteligencia, que, dicho sea de paso, sigue sin conformarse. Lo extraño es que los DNU solo se giran a una comisión, la de Trámite legislativo. Y el eje de la discusión está puesto en si el polémico decreto es o no constitucional, no en el destino de los fondos.
Principio de revelación
La jugada de Ferraro no solo evidenció la grieta radical (18 la acompañaron, 13 la rechazaron y dos se abstuvieron). También puso sobre la mesa un número que debería haber encendido las alarmas del oficialismo: 135. Esa fue la cantidad de diputados que acompañaron la propuesta del Lilito y que, por tanto, estarían dispuestos a rechazar el DNU una vez que llegue al recinto (con mayoría simple alcanza).
Pero, para eso, todavía falta.
La Coalición Cívica, Encuentro Federal y el sector radical que rechaza de forma explícita la ampliación de los fondos para la SIDE convocaron a una sesión para este miércoles a las 12.
Dentro y fuera de la UCR apuestan a que el número 18 mermará en el recinto. Y ponen la mira en el Poder Ejecutivo, a quien señalan (junto con los gobernadores) como responsables de que los diputados dieran marcha atrás luego de expresarse en contra del decreto.
“El Gobierno va a poner la billetera con todo”, dicen en uno de los bloques que apuestan a rechazar el decreto. “Están de saldo”, bromean en los pasillos del Congreso. Los que apuestan a que la cifra bajará apuntan, también, contra algunos de los gobernadores de ejercer presión para no comprarse un nuevo enfrentamiento con Javier Milei.
Por eso, el miércoles, las miradas estarán puestas en esos 18 diputados y en si alguno de ellos saltó al bando contrario al momento de la votación. “El principio de revelación se encarga de ayudarnos”, bromeó uno de los diputados de Encuentro Federal que trabaja para que se rechace el DNU en el recinto.
Como fuere, mientras los radicales se debaten puertas adentro cómo pararse frente al Gobierno, tal cual denunció Ferraro en la sesión, ya se ejecutó el 80% de los $ 100.000 de los fondos reservados de la SIDE. Así se puede ver en la web de Presupuesto Abierto del PEN.
“Estos fondos se están utilizando sin control ni justificación legal alguna, con absoluta discrecionalidad. Están dilapidando 3 MILLONES DE DÓLARES en espionaje. Esto, además de peligroso, es profundamente inmoral”, alertó el presidente de la Coalición Cívica en su cuenta de Twitter.