El descubrimiento del túnel de San Isidro generó conmoción en la población, no solo por el intento de recrear el Robo del Siglo sino también por la forma en cómo fue descubierto. El hecho ocurrió hace 10 días y hoy la DDI de San Isidro detuvo a dos sospechosos que podrían haber estado involucrados con el intento de robo a la sucursal del banco Macro.
El primer implicado sería barrabrava de Nacional de Uruguay llamado Alan Daniel Rodríguez. La policía habría encontrado huellas de Rodríguez en el taller de chapa y pintura donde comenzaría el túnel en San Isidro. La Interpol detuvo al barra en Montevideo y comenzaron los trámites para extraditarlo a Argentina.
Por otro lado, la policía detuvo ayer a un entrerriano de nombre Alejandro Israel Rosendo López con domicilio en Paranacito, Entre Ríos. López sería la persona que cruzó a los miembros de la banda hacia Uruguay en lancha. El lanchero ya tenía antecedentes penales y la Justicia Federal de San Isidro lo había condenado por pasar cocaína al país vecino.
Los imputados por el túnel de San Isidro ahora deberán responder a los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari. “Tentativa de robo en poblado y en banda” sería la carátula de la causa y podría tener una pena máxima de diez años. Los fiscales también descubrieron que los autores habrían alquilado un bar llamado Habeas Corpus ya que su sótano linda con la bóveda del banco.
El abogado de la defensa de la dueña del bar explicó que el hombre se identificó bajo el nombre de JLS y representaba a un individuo de apellido T. Esta persona le habría asegurado a la dueña que podían poner como garantía una empresa de finanzas y que este JLS tenía supermercados y locales de venta de implementos de caballos. Sin embargo, seis meses después cortaron la comunicación.
El camino subterráneo partía del taller ubicado a unos 100 metros de la sucursal del banco, ahí cavaron y ubicaron una escalera para comenzaron con el trabajo. La persona que descubrió el túnel de San Isidro es un repartidor cuya camioneta se había parado arriba del lugar donde los autores se encontraban trabajando. Escuchó un ruido qué venía de abajo de su camioneta y se encontró con una varilla que había atravesado el empedrado.
Además del repartidor, los vecinos de la zona habían notado más movimiento de escombros de lo normal y en los fines de semana se podrían escuchar detonaciones. El nombre del resto de los implicados en el túnel de San Isidro, que buscaba entrar en el Banco Macro, no trascendieron al público.
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