El consumo de carne continúa en niveles históricamente bajos. Según la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), en julio el consumo por habitante al año se ubicó en 47,7 kilos, lo que implicó una baja interanual del 11,7%, mientras que en los primeros siete del año la ingesta se posicionó en 45,6 kilos, un 15,1% por debajo del mismo período del año pasado.
Sin dudas, la crisis económica está haciendo mella en el comercio de la carne vacuna, haciendo que los ciudadanos cada vez coman menos su plato más tradicional y querido. Para dar un ejemplo, este retroceso en los primeros siete meses del año significó que el argentino consumió 8 kilos menos que en 2023.
Otro punto interesante a analizar es cuál fue la participación del mercado interno en la producción total de carne. El informe de Ciccra sostuvo que entre enero y julio se destinaron al consumo unas 1,25 millones de toneladas, equivalente al 70% del total producido, el porcentaje más bajo de los último 27 años.
Faena y exportación
La faena de animales cerró julio con 1,25 millones de cabezas, un aumento respecto a junio del 21,7%, pero, al mismo tiempo, representó una caída del 3,1% respecto al mismo meses del año pasado.
Así, el total de los primeros siete meses del año se ubicó en 7,81 millones de cabezas faenadas, implicando un descenso del 9,4% interanual.
En lo que respecta a la producción de carne vacuna, en julio fue equivalente a 288.000 toneladas res con hueso (r/c/h), un 5,5% más que en junio, pero un 1,2% menos que en julio del año pasado.
El acumulado de los primeros siete meses arrojó una producción de 1,779 millones de toneladas, 8,8% por debajo de lo registrado en el mismo período de 2024, indicaron desde Ciccra.
De ese total, se estima que se exportaron 530.600 toneladas, suponiendo un promedio mensual de embarques de 76.000 toneladas. Así, el envío al exterior de carne vacuna habría crecido un 7%.