Aunque la Ley Bases, con su apartado desregulador del trabajo y contrario a los derechos laborales de la Argentina entró en vigencia en julio, el mercado laboral ya venía presionando para aceptar condiciones laborales precarias. Así lo muestra el último informe de la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social que mide el empleo registrado de mayo de 2024, que informó una caída de 22 mil personas al trabajo informal.
Desde que asumió Milei, la caída de los trabajadores registrados fue estrepitosa. En mayo de este año, la población con trabajo registrado cayó un 0,2%, es decir, 22 mil personas menos respecto del mes anterior. En total, hubo 10,110 millones de personas registradas en el país en mayo 2024, incluyendo los sectores público, privado y empleos en casas particulares.
La alternativa más común para no llevar a cabo una contratación es la del monotributo, modalidad que tiene 3,101 millones de personas con trabajo independiente, entre monotributistas y autónomos. En este mes, el trabajo bajo el régimen de monotributo creció un 0,5%, absorbiendo los despidos impulsados por el Gobierno, más la recesión económica. El monotributo social, destinado a trabajadores de la economía popular, cayó un 1,0%. Los autónomos también tuvieron una caída, esta vez, del 1,4%.
La información para elaborar el informe de la Secretaría proviene de los trabajadores registrados en el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA). El Gobierno, tras los despidos masivos en el Estado, propuso que estos puestos sean absorbidos por el sector privado, cosa que no fue así: en enero de 2024 "se intensificó el proceso de destrucción de empleo, alcanzando tasas de -0,6% en enero y -0,4% en febrero y marzo" respecto de 2023, informa el documento.
Los datos del empleo asalariado son más alarmantes en la comparación interanual: el total de trabajadores con empleo asalariado se redujo un 1,4%, es decir, 142,2 mil trabajadores menos.
También en la comparación interanual, el trabajo bajo monotributo se expandió un
4,5% y 132,6 mil trabajadores se sumaron a esta modalidad. El monotributo creció un 7%. Por su parte, el monotributo social se mantuvo relativamente estable, pero el número de aportantes al régimen de autónomos se redujo un 1,3%.