El ejercicio es importante en cualquier momento de la vida pero después de los 60 años, hay ciertas cuestiones que pueden dificultarlo. Es por esto que esta rutina aeróbica para hacer sin saltar es ideal porque fortalece las articulaciones sin dañarlas. ¿Cómo hacerla en casa?
De acuerdo a estudios recientes, los adultos mayores deben dedicar un promedio de 150 minutos a la semana a la actividad física. Es decir, alcanza con 30 minutos diarios durante 5 días semanales para cumplir el requerimiento.
Los ejercicios aeróbicos son fundamentales en la tercera edad, ya que ayudan a mantener el corazón, pulmones y sistema circulatorio saludables, así como a mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Esta rutina de ejercicios sin saltos es ideal para empezar a moverse sin estropear las rodillas y tobillos en el camino. ¿Cómo se hace?
El ejercicio ideal si tenés más de 60 años
- 12 repeticiones de talones a gluteos: de forma alternada, llevar una pierna hacia atrás, hasta que entre en contacto con los gluteos o esté lo más cerca posible de hacerlo. Repetir 12 veces de cada lado para completar una vuelta.
- 10 repeticiones de rodillas a las manos: esto consiste sencillamente en colocar los brazos al frente, un poco más arriba del ombligo y elevar las piernas flexionadas hasta tocarlas (o lo más cercano a hacerlo), una a la vez. Por cada vez que ambas piernas hayan subido, se cuenta una repetición.
- Talón a mano contraria, 12 repeticiones: colocar las manos por encima de la cabeza, flexionar la pierna hacia adentro y tocar el talón con la mano opuesta, que debe volver a su posición inicial en un movimiento redondo.
- Separación de brazos y piernas, 10 repeticiones: colocar los brazos encima de la cabeza, formando un triángulo con las manos. Los pies deben ir en paralelo, respetando el ancho de hombros. Separar las manos y, en simultáneo, separar una pierna a la vez, volviendo luego a la posición inicial.
Esta rutina se debe repetir completa cuatro veces, con un intervalo de máximo 1 minuto entre cada vuelta. Es importante mantener la espalda erguida durante los ejercicios, así como también prestar atención a la forma de pararse y de apoyar los pies en el suelo, que idealmente debe ser en paralelo, sin abrir de más para no dañar las rodillas.