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Columnistas

Macri y Cristina le dan larga vida a Caputo

Santiago-Caputo

Santiago Caputo acaba de ser nominado a los Premios Eikon 2024, un reconocimiento que da una revista a los mejores comunicadores del año. El asesor en las sombras del presidente Javier Milei competirá con el vocero presidencial, Manuel Adorni, y una decena de relacionistas públicos de empresas del sector privado como Amazon, McDonald's, Pan American Energy, Unilever, Grupo Roggio o Edesur.

Se trata de un clásico galardón que otorga el medio que edita el periodista Diego Dillenberger votado por otros portavoces del mundo público y privado y que se repite todos los años como un evento clásico del mundo de la comunicación. 

Es loco que Caputo terminara con esa postulación esta semana, donde por primera vez tuvo que salir a hablar en público y en la que fue apuntado con nombre y apellido como el “entorno” que impide que ayuden al Presidente, como dijo Mauricio Macri en su particular reaparición de estos días.

Caputo, el tercer integrante de la mesa ultra chica de la Casa Rosada junto al jefe de Estado y su hermana, Karina Milei, es una mezcla de monje negro de la gestión y niño terrible del poder, al que se le atribuyen cuentas de la red X que bajan línea pura y dura sobre esta especie de revolución libertaria en marcha, y el manejo de un universo de punteros digitales que se ocupan de escrachar disidentes entre otras tareas sucias.

El funcionario sin cargo de 38 años merodea o manda en áreas clave del gobierno, como por ejemplo la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que acaba de recibir un aumento de $100 mil millones de presupuesto, lo que suma más interrogantes sobre el largo brazo de Caputo y sus métodos en la discusión pública.

Además circulan fotos suyas en las redes y en los portales de noticias donde aparece siempre con un cigarrillo colgando de la boca, lentes oscuros y camisas donde se dejan ver algunos de sus tatuajes que arrancan en la espalda y siguen por los brazos, todo un cuadro ideal para generar intriga y mil historias sobre su figura

Pero su indesmentible influencia, por lo pronto, lo está obligando a abandonar la comodidad del que usa el poder sin dejar marcas. Por eso hace un par de meses empezó a hablar más seguido en off con periodistas que cubren la actividad del gobierno. Y en el marco de las negociaciones de La Libertad Avanza con el PRO, debió hacer declaraciones públicas para elogiar a Macri, en una extraña contorsión que se notó fue pedida por Milei como parte de sus diálogos privados con el ex mandatario.

En la entrevista que le hizo el periodista Manuel Jove en TN, Caputo también habló del tema por el que podría ser premiado: “Creo que la comunicación política y la acción política son una misma cosa. No creo en las recetas de marketing político. Creo que lo que importa es lo que se hace, no lo que se dice. La gran novedad de este Gobierno es que le habla de frente y con la verdad a la ciudadanía”. Ahí tiene parte del discurso si gana el Eikon.

Una leyenda recorre los pasillos del gobierno: aquél día en el que Macri en 2015 entró a la segunda vuelta e hizo un discurso moderado hablando de que no privatizaría Aerolíneas Argentinas, el propio Caputo lo habría criticado en Twitter por lo que habría sido expulsado de los equipos de Jaime Durán Barba con quien se formó y trabajaba para Cambiemos.

Si fuera cierto, lo que hoy estamos viendo es un cierre del círculo espectacular. Casi diez años después, el mismísimo Macri aparece para criticarlo directamente por no dejarlo acercarse más al Presidente. Ya había deslizado cuestionamientos por lo bajo luego de su deslucida participación en el Pacto de Mayo.

Ahora, es probable que aunque el líder del PRO buscó mostrar el “aparato” que tiene, con gobernadores, intendentes y legisladores, como una oferta de gobernabilidad para el outsider que está en el Gobierno, la jugada haya sido interpretada bastante distinto por el propio Caputo, por más de que haya cumplido con los cumplidos que le pidieron que hiciera en público.

Lo que se vio en el acto de La Boca fue bastante triste: un tipo tratando de reivindicar que él fue el primero en hablar de “cambiar” en la Argentina, presentándose algo así como un pueblo originario del cambio, y planteando que no se olviden de su gente para ocupar cargos en el Estado. Más de uno recordó el “Juntos por el Cargo” con el que desde el mileismo caputista se lo bautizó en la campaña.

Aunque marcó diferencias con el oficialismo en el trato a periodistas y jueces, se dedicó a pedir acelerar licitaciones en sectores clave, como la Hidrovía, y terminó gritando su eslogan de campaña de “no se inunda más, carajo”, que en definitiva es una reivindicación de la obra pública bien gestionada.

Es que si lo mirás entrelíneas, Macri le quiso pegar a Caputo pero en el fondo pidió mejorar la administración estatal, todo un tema para un jefe de Estado que se define como un topo que destruye el Estado desde adentro.

Si Caputo es como uno recoge que es, en su fuero íntimo habrá pensado “gol”: qué mejor que Macri reedite un escenario recontra 2015 evocando Costa Salguero vibes que te llevan directamente a recordar el fracaso de su política económica, encima rodeado de caras recontra conocidas, la casta, donde el mensaje central parece haber sido “¿no tenés un carguito para Iguacel o Lombardi?”

Por qué no pensar que cuando se queden mano a mano solos, sin nadie más alrededor como Vadim Baranov y el Zar en “El Mago del Kremlin”, el libro que lee todo el círculo rojo, el asesor no le dirá a Milei: “¿Vos querés quedar pegado a esto? ¿No ves que tengo razón?” Es cierto, en la versión local del texto de Giuliano da Empoli en esas reuniones participaría también Karina.

A propósito, como contraste, ¿qué estaba haciendo Karina mientras Macri estaba de gira en los medios cuestionando justamente su rol? Retuiteando un anuncio de una empresa que presentaba el desembarco de la Argentina como escenario de Fortnite, un súper popular juego en línea que usan millones de jóvenes en todo el país. Más allá del humo o no del anuncio de inversión, es claro dónde apunta la conducción política del país. Tienen la cabeza puesta en la acumulación política vía redes sociales o también plataformas de gaming, todos universos que dejan más en offside los vehículos a los que apelan los políticos más tradicionales, como un acto, por ejemplo.

Cartón lleno

Caputo habrá cantado bingo, además, cuando dos días después de la vuelta de Macri al ruedo, habló Cristina Kirchner desde México en un curso de formación política que organizaron desde el partido gobernante de ese país, Morena.

En su discurso de este sábado, encadenó las fechas de los hechos judiciales y políticos desde 2016 para explicar una conspiración del poder en su contra. Pero dio mil explicaciones para poner en contexto a un gobierno como el de Venezuela que en la última semana encarceló 1200 manifestantes, avisa que va a encarcelar 1000 más y amenaza con detener directamente a los opositores mientras no muestra un papel sobre el resultado de las elecciones de hace una semana. 

Para peor, Cristina hasta se burló en público de los temores que puede tener la principal líder de la oposición y ni registró la realidad de los millones de venezolanos emigrados, alguno de los cuales le traerá un pedido cuando compra chocolates en Rapanui en su departamento de Recoleta.

De vuelta, si Caputo es como uno recoge que es, ayer a la tarde otra vez habrá dicho “gol”.  La nube de pedos de la ex presidenta está intacta. Por ahora, además, nadie en el peronismo asoma como un posible nuevo liderazgo que se anime a decir nada diferente de la línea que marca. Basta con ver cómo esquivó el tema el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

Unión por la Patria sigue siendo una caja de resonancia del kirchnerismo que aún reivindica hasta los errores cruciales que lo hicieron perder en 2015, mientras el peronismo no K se diluye en medio de la tentación por hacer arreglos con el gobierno nacional ante la posibilidad de que estemos en el inicio de un ciclo de ocho años apalancado en inversiones extractivas que generen un impacto inmediato en sus provincias.

Atado a la desinflación

Lo único que podría complicar el sereno andar de la acción y comunicación oficial es que los resultados de la economía fueran adversos. Especialmente, la cifra de la inflación. Dentro de dos viernes, el 14 de agosto, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) informarán el dato de julio, que las consultoras privadas ya ubican debajo de 4%, otra vez un mínimo en la gestión Milei. El Javo los está domando, dirán las redes. Memes de “el León”. “Gol”, en la construcción de Caputo.

Sin embargo, los interrogantes siguen creciendo cuando se mira la falta de dólares en el Banco Central o el transcurrir de la recesión

La sangría de divisas es sostenida, salvo algún día de respiro puntual. El Banco Central espera por las divisas del blanqueo, los préstamos puente, los organismos multilaterales, un “repo” de bancos, o al Fondo Monetario Internacional “amigo” si gana Trump, o que se hagan realidad los dólares de grandes inversiones. De lo contrario, el tic tac de fondo se mantiene

La actividad económica está tratando de encontrar un piso, pero los datos son alarmantes. La masa salarial cayó 11% en el primer semestre, el mayor derrumbe en 20 años, como resultado de una mezcla de pérdida de poder adquisitivo de los sueldos con caída de puestos de trabajo. 

La Fundación Capital, con Carlos Pérez a la cabeza, cifró en 138 mil los empleos que se perdieron desde diciembre hasta abril. Nunca hubo una pérdida tan grande en los primeros meses de una crisis como ahora.

A todo esto, el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, volvió a marcar reparos en su blog: “Se desacelera la inflación, pero se pierden reservas”, tituló su último posteo, en el que además de elogiar la evolución de los precios y advertir por la profundización de la caída de la actividad, dejó un mensaje inquietante para los mercados respecto del pago de la deuda.

“Las últimas decisiones y declaraciones tanto del equipo económico como del propio presidente Milei no demuestran urgencia en eliminar los controles de cambio y no parecen preocupados por aumentar las reservas, una condición necesaria para eliminar los riesgos de incumplimiento que todavía se reflejan en la magnitud de la tasa de riesgo país”.

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