Se conoció que la bomba con la que asesinaron al líder de Hamas, Ismail Haniyeh, fue plantada en el hotel de huéspedes de Teherán en el que se alojaba casi dos meses antes de su llegada a la casa para hospedarse.
El explosivo que terminó con la vida del líder de Hamas fue escondida hace aproximadamente dos meses, informaron cinco de los funcionarios de Oriente Medio que investigan el crimen.
La residencia en cuestión le pertenece al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica y forma parte de un gran complejo habitacional, conocido como Neshat, en un barrio de lujo del norte de Teherán.
El atentado se produjo cuando Haniyeh pasaba por la capital de Irán para asistir a la investidura presidencial. El explosivo fue detonado a distancia, cuando Haniyeh se encontraba en su habitación, y se confirmó que murió inmediatamente. La explosión también mató a uno de sus guardaespaldas.
Además, la detonación sacudió el edificio, rompió vidrios y provocó el derrumbe un muro exterior, según los dos funcionarios iraníes, miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica informados del incidente.
Los funcionarios iraníes y Hamas señalan a Israel como el responsable del asesinato; funcionarios estadounidenses, que también mantienen el anonimato, aseguran lo mismo.
El crimen del dirigente pone en peligro las negociaciones para poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, porque Haniyeh fue uno de los que defendieron el alto al fuego.
Todavía no está claro cómo escondieron la bomba en el cuarto de huéspedes pero los funcionarios de Oriente Medio dijeron que la planificación del asesinato al líder del grupo terrorista llevó meses.
Israel no ha reconocido que haya sido responsable de la muerte del dirigente de Hamas. Netanyahu, primer ministro israelí, tras la muerte del líder, informó que Israel está preparado para "cualquier provocación" por parte de las llamadas fuerzas de la resistencia, pero todavía no se ha pronunciado sobre el ataque contra el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).
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