La Jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, conminó a los principales dirigentes de su país a que instalen en los estados latinoamericanos un plan similar al que Washington brindó a la Europa de posguerra. El presidente Javier Gerardo Milei y su Canciller Diana Mondino, no se expresaron sobre el tema, en una clara señal que intenta justificar solapadamente, la presencia militar norteamericana en la región.
Laura Richardson, quien no ocultó su interés por el triángulo del litio conformado por Argentina, Bolivia y Chile, nuevamente manifestó su posición sobre la región latinoamericana. La Jefa del Comando Sur estadounidense remarcó durante su presencia en el foro de seguridad de Aspen, Colorado, que “Las autoridades y las empresas privadas de EE.UU. deben hacer más para contrarrestar la influencia de China y Rusia en América Latina”.
Además, señaló que no todos los países se recuperaron del impacto económico generado por la pandemia del COVID-19 y afirmó “Creo firmemente que necesitamos un 'Plan Marshall' para la región, o una ley de recuperación económica como la de 1948, pero en 2024, 2025”. La realidad es que ese plan que se mostraba como salvataje a Europa, no fue nada más que una estrategia de Estados Unidos para combatir a la Unión Soviética, y además promover un capitalismo donde ellos sean los más beneficiados.
Sobre los dichos de Richardson, donde se promueve ver a Pekín como antes se veía a su antagónico de la Guerra Fría, el silencio por parte del presidente argentino Javier Milei fue estremecedor y también el de la Canciller Diana Mondino, quien de forma desopilante había señalado que “los chinos son todos iguales”.
Lo cierto es que el peligro de que Estados Unidos se involucre de nuevo en la región como con la “Alianza para el progreso” o el “Plan Cóndor” está latente y sus funcionarios lejos están de querer ocultarlo, sobre todo si en Argentina cuentan con un gobierno negacionista y aliado a las dictaduras, como el de Javier Milei.
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