A partir de la reciente presencia del presidente de la Argentina, Javier Gerardo Milei en Praga, capital de la República Checa, para recibir un premio del Instituto Liberal de ese país, el libertario declaró: "Es decir que, si nos termina de salir bien, probablemente me den el Nobel de Economía junto a Demian".
Pero eso es parte de otra historia, porque corregiría este problema, desaparecería el conflicto entre la fábrica de alfileres y la mano invisible". Sumado a esto, y con motivo de los resultados de las recientes elecciones para representantes en el parlamento europeo, el presidente argentino declaró que "...muchos por ejemplo criticaron mi viaje a Davos. Sí bueno mi viaje a Davos fue muy importante. Mirá el impacto que tuvo en Europa y cómo se dieron vuelta las elecciones”.
Sin duda alguna, la percepción privada que Milei tiene de su impacto en el mundo, parece alta, parece ser un portador de un mensaje político, la agenda del estado mínimo, y de la economía de la escuela austríaca, cuando hasta el presente no habría tenido una presencia pública importante más allá de algunos foros académicos.
Y esto ha llamado la atención de los analistas políticos internacionales; en una reciente nota publicada en el influente medio conservador estadounidense The National Interest, el columnista Richard Sanders señala: "Nadie llamaría a Javier Milei un hombre afable, pero este presidente argentino, de pelo enmarañado y proferidor de vulgaridades, puede ser de hecho el hombre más interesante del escenario internacional, al menos en los círculos conservadores internacionales".
Y en esa línea, el columnista enfatiza la labor de viajero, casi de un cruzado, que el propio Milei ha llevado a cabo en los pocos meses en que viene ejerciendo la presidencia de la República Argentina: "Milei ha encontrado tiempo para viajar por el mundo, predicando su evangelio en lugares que van desde las suites ejecutivas de los señores de la tecnología de Silicon Valley hasta las conferencias de los partidos políticos de extrema derecha de Europa, todo ello mientras se enzarzaba en un intercambio de insultos con el primer ministro socialista de España”.
Y con esto, Sanders destaca que Javier Milei se ha alineado con la política exterior de los Estados Unidos de América, y las visiones que este país tiene respecto de la guerra en Europa oriental, el conflicto político en Medio Oriente, y la competencia comercial con la República Popular China. Se podría decir que Milei es el alumno aplicado que cumple escrupulosamente con las tareas políticas que la agenda exterior estadounidense le pide a todas las naciones, agenda que defiende y propaga con ahínco y tesón.
Pero fiel a una línea filosófico ideológica fundada en los propios Estados Unidos, el pragmatismo, Richard Sanders culmina su extenso análisis de lo que sería la agenda viajera y la lucha ideológica que el presidente Javier Milei ha emprendido, con una nota de cautela: "Al final, Milei será juzgado por su desempeño en revertir la decadencia de Argentina. Hasta ahora, ha tenido cierto éxito en recortar el gasto y controlar la inflación al precio de una recesión...Sin embargo, la cuestión de si puede generar una recuperación sostenida que atraiga inversiones, cree empleos y reduzca la pobreza sigue abierta. Mientras tanto, mientras lidia con estas cuestiones, probablemente seguirá tomando descansos para aceptar invitaciones a hablar en conferencias internacionales en las que pueda denunciar el socialismo y evangelizar en favor del libertarismo".
De acuerdo a datos del Banco Mundial, la inversión extranjera directa tuvo un auge asociado a las administraciones del expresidente Carlos Menem, en dónde se acercó al 8,5 % del PBI, y de allí en adelante se derrumbó estrepitosamente oscilando en una meseta entre el 1,2 y el 2,5 % del PBI. El desplome de este indicador económico, se ha debido en parte a la manipulación y control de los mercados de cambios desde la administración del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, controles que se mantienen al presente.
Esto ha llevado a la actual administración a ofrecer una suerte de incentivo adicional a la inversión directa extranjera con impacto en la producción de excedentes exportables, que es el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones, mejor conocido como RIGI. Pero este régimen, no parece ser la herramienta más adecuada para un desarrollo con inversión genuina residente en la República como señalar recientemente el especialista Alfredo Zaiat "¿Por qué el RIGI atenta con la meta de aflojar las presiones que vienen del sector externo por la falta de dólares? Porque los proyectos de inversión que adhieran a este régimen de promoción no tendrán la obligación de ingresar los dólares de exportación a partir del tercer año, plazo mínimo en el cual se estima empieza a madurar las inversiones".
Con independencia de las evaluaciones específicas acerca de herramientas de política del desarrollo, lo que es claro es que una nación con un complejo sistema de control de cambios, una historia inflacionaria de las más persistentes de los países de la región, que ha instalado una suerte de cultura indexadora, que es mucho más difícil de erradicar que con una mera regla contable entre ingresos y egresos del tesoro nacional, con una creciente deuda externa pública y privada, se ve ante grandes desafíos para abordar un desarrollo genuino, es decir fundado en inversión creadora de empleo registrado y de alta calidad en ingresos.
Por ello, con independencia de cualquier declaración de alianza incondicional con la política exterior estadounidense y con la agenda que este país propone al mundo, las actitudes concretas de los países centrales en la economía mundial, que se referencia normalmente en el llamado Grupo de los Siete, serán guiadas por la eficacia interna que tengan las políticas económicas del Gobierno es decir por una visión pragmatista, más allá de cualquier solidaridad moral y apoyo retórico que puedan dar –especialmente los Estados Unidos de América.
En ese sentido, la visión de Richard Sanders, es muy clara. Podemos estar de acuerdo con tu agenda ideológica, pero veremos tu recorrido material como gobernante. Y en este caso las autopercepciones no son muy eficaces a la hora de tomar decisiones. Por lo que, por más que Milei se perciba como un ser de luz, solo será evaluado por su opaca y deslucida acción como presidente.