Diez años habían pasado desde que Nancy Fernández fue asesinada en su casa cuando la abogada Paula Mercedes Alvarado Mamani vio, en la Mesa Virtual del Ministerio Público, la notificación que rompió el silencio impuesto por la modorra judicial. En septiembre comenzará el juicio contra Juan Carlos Corvalán, el autor material de un crimen en el que hay muchos más involucrados.
Nancy Fernández fue una mujer qom que vivía en General Pacheco con sus dos hijas cuando, en 2013, un grupo dedicado al narcotráfico y el proxenetismo secuestró y explotó sexualmente a la mayor, Micaela, de 14 años. Al tiempo, Mica fue encontrada “en la cama del proxeneta, golpeada, con un tiro en la cabeza”, según reconstruyen sus familiares. El proxeneta en cuestión es un hombre identificado como “Pato” Cenizo, quien -a pesar de haber sido señalado dos años más tarde como el femicida de una joven llamada Tamara López- sólo estuvo preso por venta de drogas.
Nancy se movilizó en reclamo de justicia apenas ocurrió el asesinato de su hija, pero en el mejor de los casos obtuvo silencio. De hecho, la Fiscalía Sexta de El Talar se convirtió en un punto de encuentro frecuente para las manifestaciones de familiares y organizaciones por haber sido el lugar donde, en vez de recibir escucha y respuestas, Nancy Fernández fue golpeada y torturada por un grupo de policías que la amenazaba diciéndole “Te callás la boca, india de mierda”.

Las denuncias de la familia y amigas de Micaela y Nancy Fernández contra la policía son frecuentes. “Antes de que la mataran, (Mica) le dijo a mi mamá ‘no denuncies porque es al pedo, hay muchos policías involucrados, vos no te das una idea de todos los policías que vienen y me violan’”, recordaba la hermana de Micaela en conversación con este medio.
Finalmente, a Nancy la encontraron asesinada en 2014, con claros signos de violencia sexual. Recién esta semana trascendió que, en septiembre, la causa contra el asesino se eleva a juicio. “La carátula se cambió hace un año aproximadamente. Estaba caratulada como homicidio simple y hurto y, después de varias investigaciones, (en junio de 2023) se logró identificar al imputado que es Juan Carlos Corvalán, quien al principio era un allegado a la familia”, reconstruye Alvarado Mamani en diálogo con Diario Con Vos.
El debate se extenderá entre el 3 y el 6 de septiembre en el Tribunal Oral en lo Criminal 7 de San Isidro.

Aunque el entorno de Mica y Nancy celebra que se juzgue a Corvalán, Mamani advierte que “la elevación a juicio se hizo solamente en el marco del femicidio, no se conceptualizó absolutamente nada de lo que tenga que ver con trata, con el entorno familiar, la relación con el caso de Mica: eso quedó fuera de la imputación”. Tampoco hay “nada del contexto indígena”.
La Justicia está tomando, así, el crimen de Nancy Fernández como una especie de caso aislado, no reconociendo que la mataron mientras reclamaba justicia por su hija, también asesinada en el marco de la trata de personas y por cuyo feminicidio aún no hay respuestas. Todas estas condiciones fueron omitidas por la Fiscalía cuando son, precisamente, las que permitirían indagar “hacia arriba” de Corvalán e identificar posibles autores intelectuales y cómplices.
No se conceptualizó absolutamente nada de lo que tenga que ver con trata, con el entorno familiar, la relación con el caso de Mica. Tampoco hay nada del contexto indígena.
No es novedad el poder que detentan los narcotraficantes y proxenetas en la zona Norte del conurbano, donde abundan casos como el de la explotación sexual y el femicidio de Luna Ortiz, o la desaparición de varias mujeres de las que no hay noticias desde hace años, como Valeria López.
Desde ahora, Mamani asegura que planteará todas estas omisiones en las jornadas de debate. “La causa de Mica se inicia marcando que fue un feminicidio indígena, que después muchos lo pasaron por alto. Las dos causas tienen que ver con este enclave étnico, social y económico en que se lleva adelante una situación de trata”. Madre e hija pertenecían a la comunidad originaria qom, característica que exaltaron despreciativamente los policías que golpearon a Nancy profiriendo insultos racistas.
Por otro lado, la abogada recuerda la diferencia entre dos términos muchas veces usados como sinónimos: femicidio y feminicidio. “Nosotras hablamos de feminicidio porque en el concepto de feminicidio está incluida la responsabilidad estatal. Si lo dejamos como femicidio simple es un homicidio contra una mujer, sin las aristas que prepara el Estado”.
"El reclamo es que no se desvincule el caso de mi mamá con el de mi hermana, que se tenga en cuenta el contexto de trata, de narcotráfico, de racismo, porque son cuestiones importantes, que las están tapando, y es injusto", detalla Lisette, hermana de Micaela e hija de Nancy.
"Queremos que se siga investigando la causa de mi hermana, también, que lamentablemente la desarchivamos pero no les alcanzan nunca las pruebas que damos. La quieren cerrar, archivar y olvidarse de ella, yo creo que por ahí viene el hecho de que hicieran todo tan rápido en la causa de mi mamá, para no tocar más el tema", agrega.
Finalmente, la joven apunta hacia quienes torturaron a su madre en la Fiscalía: "Tampoco sé qué pasó con los policías que golpearon a mi mamá cuando ella fue a denunciar. Quisiera que no trabajen más".
Foto: Facebook (Justicia por Micaela Fernández).
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra los delitos de trata y explotación de personas, podés llamar al 145, las 24 horas. Es una línea gratuita, anónima y nacional.