Hoy se cumplen tres décadas del atentado a la AMIA y, en este contexto, el papa Francisco escribió una carta, que difundió este 18 de julio, en un nuevo aniversario de uno de los ataques más grandes de la historia de nuestro país.
“La memoria nos enseña que recordar no es solo mirar hacia atrás, sino también proyectarnos en esperanza hacia un futuro donde actos tan repudiables de violencia no se repitan. La memoria nos impulsa a tener presentes a los 85 hermanos de aquel 18 de julio de 1994″, remarcó el pontífice.
No solo esto, sino que el máximo referente de la Iglesia dijo que para rendir homenaje, ante la tragedia eligen el silencio. “La dimensión del silencio, poderosa y reveladora, se presenta ante nosotros no como un vacío, sino como una presencia palpable de aquellos que ya no están”, aseveró.
Además, agregó que en el silencio escucha el eco de las vidas truncadas y siente el peso de la ausencia. “Pero en el también encontramos la fuerza para enfrentar la realidad del mal y la resiliencia para seguir adelante. A veces el silencio puede expresar un dolor indecible ante la desgracia y, en este día, nos unimos en un silencio que es tanto duelo como esperanza”, sostuvo.
Finalmente, recalcó que hoy reafirma que no bajamos los brazos ante la búsqueda de justicia. “Una justicia que no busca venganza, revanchismo, sino verdad y reparación. Una justicia que es esencial no solo para las familias afectadas, sino para la cohesión del tejido social de la nación. El respeto a toda vida humana y a la dignidad que conlleva debe prevalecer sobre el odio y la división. Esta es la base sobre la cual edificamos el bien común, no solo para honrar a los que hemos perdido, sino para proteger a las generaciones futuras”, concluyó el papa Francisco.