Esta noche Donald Trump reaparecerá en público con toda la épica tras el atentado que sufrió el pasado fin de semana para aceptar su nominación como candidato republicano. Mientras tanto, el presidente Joe Biden, que se muestra cada vez más desorientado, siente las presiones para declinar su candidatura a un segundo mandato crecer a pasos agigantados.
Según publicó el The Washington Post, el expresidente Barack Obama, quien fue hace meses uno de los impulsores de la campaña de Biden, ahora expresa sus dudas. El dos veces mandatario entre 2009 y 2017 afirmó a sus círculos cercanos que el actual Presidente, debe "reconsiderar seriamente" el futuro de su candidatura, ya que cree que sus posibilidades de victoria "se han reducido considerablemente".
Sumado a esto, los dos principales líderes del partido demócrata en el Congreso, el senador Chuck Schumer y el representante Hakeem Jeffries, le aseguraron que ven con muchísima preocupación las proyecciones para los comicios del 5 de noviembre. De todas maneras, desde la Casa Blanca afirmaron que "el presidente les dijo a ambos líderes que él es el candidato del partido, que planea ganar y espera trabajar con ambos para aprobar su agenda de 100 días para ayudar a las familias trabajadoras".
Si bien esto va en línea con lo que Biden viene diciendo hasta el momento, se rumorea que estaría prestando más atención a los argumentos de por qué debería bajarse de las elecciones. En este sentido, la posibilidad de que la actual vicepresidenta, Kamala Harris, se convierta en la candidata, podría dejar de ser solo una pequeña chance y convertirse en algo más concreto.
A su vez, la ex líder de la Cámara baja y una de las figuras más importantes del partido, Nancy Pelosi, habló con Biden y le dijo que las encuestas muestran que no solo no puede derrotar a Trump, sino que también podría destruir las posibilidades de los demócratas de ganar la Cámara en noviembre si continúa buscando un segundo mandato.
Para empeorar el panorama, Biden dio positivo por coronavirus ayer por la noche. Esto se da justo cuando su campaña esperaba intensificar las apariciones públicas, en un intento por demostrar que está dispuesto a permanecer en la carrera y que tiene la salud y la energía necesarias para ganar. El reloj corre, y por el momento Trump saca ventaja.