La gestión de Federico Sturzenegger, al frente del Ministerio de Desregulación del Estado, inició este miércoles con el primer revés flexibilizador: como ministro, decretó una apertura de los cielos de Argentina cambiando el Código Aeronáutico y achicando el margen de acción estatal ante la toma de decisiones respecto de su sobrevuelo.
La modificación del Código Aeronáutico, publicada en el decreto 599, habilita el ingreso de nuevos operadores de vuelos, reduce los requisitos para el otorgamiento de rutas aéreas, desregula el servicio de rampas, que hasta ahora estaba casi en su totalidad en manos de la empresa Intercargo y permite que pequeñas aeronaves puedan volar de ciudad a ciudad y provincia a provincia con menos controles.
La medida también le da potestad a las empresas para "cooperar" entre sí, obviar el control del Estado en sus operaciones y a la hora de compartir sus horarios de vuelos y rutas y le da libre curso a la aplicación de tarifas y actualización de precios. Para Aerolíneas Argentinas, empresa que se decidió, en el último borrador de la Ley Bases, que no se venderá, la medida de Sturzenegger es especialmente nociva por la apertura indiscriminada a la competencia privada.
El titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, sobre esto, dijo que "el Gobierno está rifando absolutamente toda nuestra soberanía" y agregó que la medida "es una desregulación total del sistema aerocomercial".
Sobre la iniciativa impulsada por Sturzenegger, el dirigente sindical también advirtió que "no funciona en ningún lugar del mundo" y que "en los lugares donde se puso en marcha dejó a los países desconectados, a merced de la especulación, la rentabilidad y los monopolios".
E informó el accionar de las empresas privadas en estos casos: "se desregulan las tarifas para poder rebajar pasajes, luego hacen quebrar (a las compañías que no pueden igualar los precios) y después ellos suben los precios a las nubes y toman de rehenes los municipios, provincias, cámaras hoteleras y gastronómicas".