A Joan Monfort lo llamaron el viernes por la mañana para avisarle sobre una coincidencia que ni él mismo podía creer: hace 16 años, tomó la foto que hoy da vueltas al planeta, en la que se ve a un joven Lionel Messi bañando a Lamine Yamal de bebé.
Así lo relató el experimentado fotógrafo catalán, fanático de ambos jugadores, que hasta ahora nunca supo que el niño era la flamante estrella de la selección española.
“Esto fue un calendario solidario que hacíamos con el Diario Sport”, relató, “en que hacíamos imágenes de jugadores del Barcelona con algún chico con alguna situación de discapacidad física o psíquica, o alguna condición de exclusión social. Pero las casualidades son inexplicables: se juntaron la estrella mundial del fútbol y una de las más posibles estrellas futuras del fútbol”.
En conversación con Ernesto Tenembaum, Monfort recordó que el bebé Lamine representa a los niños en situación de exclusión social por su color de piel. “Unicef hizo un sorteo en el barrio Rocafonda, del pueblo de Mataró, en el que se apuntaron los padres y ganaron. Les tocó hacerse la foto con un chaval que se llamaba Lio Messi, que ya era un súper crack, pero no la estrella que es hoy”.
El fotógrafo recuerda a Messi como un chico “muy introvertido” que no sabía que tendría que tomar a un bebé de seis meses. “Había salido recién de la ducha, tras el entrenamiento, y los del club le dijeron que debía hacerse una foto para Unicef, sin especificar más. Entró allí y se encontró con lo que se encontró: un bebé en una bañadera, jugando con un patito de goma (…) Le costó mucho, porque no es sencillo para un chico de 20 años que te pongan en brazos un bebé”, recordó.
Entró allí y se encontró con lo que se encontró: un bebé en una bañadera, jugando con un patito de goma (…) Le costó mucho, porque no es sencillo para un chico de 20 años que te pongan en brazos un bebé
La foto hubiese quedado en el olvido, de no ser por el padre de Yamal que, la semana pasada, la subió a su Instagram. “Recién entonces nos dimos cuenta (…) Es una foto que, de momento, vale mucho sentimentalmente, porque es una historia cojonuda”.