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Política

Riesgos diplomáticos y vaguedades doctrinarias. La presencia del presidente Javier Milei en la República federativa del Brasil

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Recientemente tuvo lugar en la República Federativa de Brasil, la quinta edición de la Conferência de Ação Política Conservadora (CPAC), capítulo brasileño de la Conservative Political Action Conference. Se trata de una actividad anual, una convención de activistas políticos conservadores que nace en el año 1974, bajo el patrocinio de la American Conservative Union (ACU), y que dio lugar a eventos similares en otras naciones como por ejemplo las distintas convenciones que tuvieron lugar Brasil.

La Conservative Political Action Conference está definida en la legislación estadounidense como una asociación sin fines de lucro, dedicada a la influencia sobre organismos legislativos, y a la provisión de fondos y apoyo a candidatos conservadores en todos los niveles electivos de los Estados Unidos de América. En su sitio web, esta organización apoya la candidatura de Donald Trump para las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, y precisamente en febrero del presente año el presidente Javier Gerardo Milei se encontró con el presidente Donald Trump, en el marco de una convención estadounidense de la Conservative Political Action Conference, en donde el propio Milei adoptó el eslogan “No renunciaremos a hacer grande a la Argentina otra vez” tomado de su versión original por el expresidente estadounidense.

El primer adherente brasileño de la Conservative Political Action Conference, fue el diputado federal brasileño Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente Jair Bolsonaro, y el primer evento ocurrido en el Brasil fue en el año 2019, durante el primer año de la presidencia de su padre.

Jair Bolsonaro está asociado a un intento de asonada política que sucedió en enero del año 2023 cuando:" Miles de extremistas bolsonaristas invadieron y destrozaron el Congreso Nacional, el Palacio de Planalto y la sede del STF este domingo por la tarde. La policía no pudo contener a los terroristas que invadieron los edificios de las tres Potencias, muchos de ellos equipados con máscaras antigás y cascos, prueba de que el ataque fue planeado. El presidente Lula decretó la intervención federal en el DF hasta el 31 de este mes", comentaba un medio local en enero de 2023. Este intento, si bien fue formalmente repudiado por el presidente Jair Bolsonaro en un comunicado que emitió el mismo día 8 de enero de ese año, fue llevado a cabo en el marco de declaraciones del propio Jair Bolsonaro, sugiriendo un fraude electoral o una manipulación de los resultados electorales, que dieron como ganador de la elección presidencial a al presidente Luis Ignacio Lula da Silva, lo que puso a la figura de Jair Bolsonaro como uno de los posibles instigadores del desconocimiento electoral y la subsiguiente violencia ocurrida.

En la concurrencia de Javier Milei a la 5ª Conferência de Ação Política Conservadora (CPAC), el libertario hizo un análisis un tanto general de la situación de los gobiernos progresistas en América Latina y sostuvo: "Una y otra vez, la historia demuestra que los mismos que se llenan la boca hablando de la democracia, de pluralismo y de opresión, son los que están dispuestos a romper las reglas e incluso interrumpir el orden constitucional para atrincherarse en el Palacio cuando el pueblo reclama un cambio <...> miren la persecución judicial que sufre nuestro amigo Jair Bolsonaro aquí en Brasil", si bien se abstuvo de mencionar al actual presidente de la república federativa de Brasil Luis Ignacio Lula da Silva, identificó al proceso electoral por el cual este triunfó en el año 2023, con una ruptura de reglas y orden constitucional, lo que es una afirmación temeraria no soportada por ninguna evidencia fáctica disponible.

Pero más allá de esta asociación, lo que cuesta entender es cuál es la conexión entre un liberalismo doctrinario como el que parece defender en algunas declaraciones el líder de La Libertad Avanza, y la agenda política de la Conservative Political Action Conference, a la que adhieren Donald Trump y Jair Bolsonaro. Este último político se ha reconocido a sí mismo como un político de derechas, cuyo principal tema de labor legislativa durante sus más de 27 años de diputado federal, ha sido al principio la defensa de los derechos de los militares, en particular de posibles acusaciones por sus participaciones a partir del golpe de estado de 1964, así Bolsonaro fue elegido diputado por primera vez en las elecciones de 1990. En su primer mandato como diputado, de 1991 a 1994, aparecieron 702 en veces palabras como "militares", "fuerzas armadas", "prestaciones", "salarios" y pensiones", los resúmenes y palabras claves de los 279 discursos que pronunció en el Pleno de la Cámara durante ese período.

En la actual legislatura, desde 2015 hasta ahora, el mismo conjunto de 16 palabras sólo aparece 110 veces, en un conjunto de 143 discursos, mientras que a medida que su popularidad se incrementaba, conjuntamente con su presencia en las redes sociales. Su discurso iba cambiando hacia un discurso más basado en valores tradicionales, rechazando a toda agenda jurídico política liberal en un sentido amplio. Esta posición que podemos llamar un conservadurismo y tradicionalismo de derechas, puede incluir un elemento liberal, en el sentido de que es una posición afín a la defensa de los intereses corporativos de las grandes empresas y del capital extranjero, pero difiere ampliamente de cualquier versión liberal en una serie de temas que exceden la cuestión puramente económica.

Y así como es no nos es posible llamar liberal a Donald Trump en ninguna de sus formas, tampoco es posible llamarlo a Jair Bolsonaro.  Y es que, más allá de la identificación de ambos con una defensa de las comunidades de negocios y de finanzas, esta posición no conlleva una posición liberal respecto de otras áreas la moral y las costumbres.  Y es que la defensa de la propiedad privada, es compatible con una enorme variedad de posiciones respecto a otros asuntos de la vida social, y en ello el liberalismo tiene una agenda bastante clara que difiere profundamente de cualquier posición conservadora.

Por ello, lo que parecen ser intervenciones doctrinarias del presidente Milei, en un gran debate ideológico de escala planetaria, más se parecen a la afirmación de una agencia convencional conservadora, qué más que ir radicalmente contra toda casta, parece ir contra la casta de los otros por la casta propia.

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