Facundo Gómez fue el último liberado de las personas detenidas en la represión en el Congreso el día de la manifestación contra la Ley Bases y el RIGI. "Para la policía que me trompeó cuando me levantó y los guardiacárceles que nos verduguearon y nos gasearon, no tengo más que repudio", aseguró una vez libre.
Facundo, un vendedor de café de 31 años, fue arrestado el 12 de junio mientras hablaba por teléfono con su madre durante la represión a las protestas contra la Ley Bases en el Senado de la Nación, ordenada por Patricia Bullrich.
En diálogo con Página12 el joven dijo estar agradecido porque se armó una red increíble de agrupaciones y personas que le dieron fuerzas. "No puedo explicar hasta qué punto, de verdad fue como algo tangible. Agradecido con mis compañeros de pabellón, los pibes hasta me dieron cosas que valen mucho ahí adentro", dijo.
En este sentido, mandó un duro mensaje: "Para la policía que me trompeó cuando me levantó y los guardiacárceles que nos verduguearon y nos gasearon, no tengo más que repudio. Y si lo que querían era darnos miedo, les digo que lo único que lograron fue fortalecerme en mis convicciones".
En 22 días de detención, Facundo cuenta que hubo momentos de tensión, aunque rescata la solidaridad que recibió. "De organizaciones de todas las banderas, de gente que no me conocía, que me hacía llegar cosas, llamados, noticias, yo nunca hubiera pensado que se iban a mover tanto y tanta gente, me sentí muy acompañado y eso fue vital", recuerda.
Asimismo, contó que estuvo en condiciones muy difíciles. "El colchón era un pedazo de goma espuma sucia, sin sábanas, vos te levantabas a la mañana y estaba todo mojado, porque la chapa de abajo transpiraba, había mucha humedad", dice.
Actualmente quedan cuatro personas -Daniela Calarco, Cristian Valiente, David Sica y Roberto María de la Cruz- que pronto cumplirán un mes en el penal de Ezeiza, de donde Facundo salió el jueves por la noche. Otras siete personas enfrentan las apelaciones del fiscal Stornelli, quien busca que vuelvan a prisión. Los demás, de los 33 arrestados ese día, tienen que enfrentar un complicado proceso judicial por acusaciones graves como intimidación pública.
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