El nombre de Griselda Blanco no volvió a escucharse en los medios por largos meses después de que la noticia de su asesinato detonara en Corrientes y se expandiera hacia todo el país en mayo de 2023. Ejercía el periodismo independientemente y con lo que tenía a su alcance, valiéndose de su cuenta de Facebook para denunciar irregularidades y abusos cometidos por policías y funcionarios. Entre ellos, se supo hace poco, estaba el ahora detenido Walter Maciel, acusado de encubrir la desaparición de Loan Peña en junio de 2024. Su nombre vuelve a resurgir.
Maciel no fue el único. Pocos meses antes de que la mataran en su casa de Curuzú Cuatiá, Griselda Blanco expuso al comisario Nicolás Romero, también por abuso. El aludido le mandó una carta documento y ella buscó consejo en la abogada correntina Silvia Adriana Casarrubia, iniciando así un vínculo que se extendió hasta el día del asesinato.
Fue Silvia quien reflotó el posteo de Griselda contra Walter Maciel luego de que la foto del comisario apareciera en todos los portales a raíz del caso Loan: “Cuando pasa lo de Loan y veo que el comisario Maciel es el comisario de 9 de Julio, empiezo a escribir, porque yo siempre trato de que no se olviden de Griselda Blanco, y pongo el link donde ella lo denuncia en enero de 2022”.
Diana es policía. Es de Curuzú Cuatiá, pero se encontraba ejerciendo su labor en Monte Caseros. Nadie se solidarizó con Diana Yardín. Todos encubren a este individuo, comisario Maciel. Aún no lo apartaron de la fuerza como hicieron con ella.
Griselda Blanco, enero de 2022.
“Si vos opinás en contra del gobierno es muy difícil que tengas un lugar donde explayarte y exponer tu opinión, entonces ella hacía los conocidos como Facebook Live, donde a una hora determinada todos los días contaba todo lo que ocurría en la comunidad, las denuncias que le llegaban”, recuerda Silvia en conversación con Diario Con Vos.
La abogada destaca otra ocasión en la que dio consejo a Griselda Blanco, cuando en abril de 2023 había ido a cubrir una “revuelta que hubo en Monte Caseros”, donde la gente reclamaba justicia por una serie de casos de inseguridad ante el fiscal Ricardo López Ruiz.
“Ella expone esta situación, y qué mejor idea tuvo el fiscal que mandarle una citación para que declare, al estilo de Maciel en 9 de Julio. Ella tenía miedo, no quería ir sola”, detalla Casarrubia. Poco antes de su asesinato, Griselda también denunció al Hospital de Paso de los Libres por un caso de mala praxis que terminó en la muerte de una joven.
Silvia fue la primera persona a la que los hijos de Griselda Blanco llamaron la noche en que la mataron: “El 20 de mayo aparece asesinada. Increíble. Era un sábado, a las 20 me llaman sus hijos. Yo no los conocía, me sorprendió. Atiendo y me dicen ‘Doctora, disculpe que la llamemos. Yo soy el hijo de Griselda, ella siempre me dijo que si le pasaba algo la llamara a usted’. Me quedé helada. Yo entiendo que puedan mandar cartas documento, que puedan amedrentar, pero que una periodista aparezca asesinada con todos los antecedentes que tenía me hizo un clic”.
“¿Quién está con tu mamá?” preguntó la letrada. La respuesta le hizo ruido: la habían encontrado a las seis de la tarde, dos horas atrás, y desde entonces sólo la policía local estaba en la casa. “Le digo (al hijo): ¿Qué hace la policía ahí? Ella vivía denunciando a la policía, la fiscal no tiene que permitirlo, el protocolo de Minnesota establece que tendría que intervenir una fuerza de mayor objetividad”. La fiscal no está, fue la respuesta del hijo de Griselda. Se había ido de viaje y no había dejado reemplazo. En total, “estuvo cuatro o cinco horas toda la escena del crimen a disposición de la misma policía que ella denunciaba”.
¿Quién mató a Griselda Blanco? Del supuesto suicidio a la culpabilización de la víctima
Primero dijeron que Griselda Blanco se mató. Más tarde detuvieron a su expareja Armando Jara, quien ni siquiera había estado en el lugar de los hechos y pudo probarlo con las cámaras de su domicilio. Finalmente, cayó Darío Holzweissig, un empresario al que la querella y las propias pruebas de la escena del crimen señalan como el verdadero asesino. “Ahí comienza el camino correcto”, considera Fabián Cesani, hijo de Griselda, en diálogo con este medio.
Para Silvia Casarrubia, de no haberse aplicado el protocolo de Minnesota la teoría del suicidio no habría sido tan fácil de derribar. “Es muy grave, ella estaba atrozmente golpeada, no sé cómo querían hacerlo pasar por un suicidio”, remarca. A pesar de todo, los problemas no se terminaron con la detención de Holzweissig, aunque la fiscalía parezca creer que sí.
“Nunca se procedió a investigar la parte intelectual. Mi madre, en su labor periodística, tenía informantes en la policía, en el pueblo y en aledaños, entonces le llegaba información y con esta información ella denunciaba, exponía a esta gente. Uno de los tantos fue este comisario Maciel”, explica Fabián. “Desde el día uno nosotros pensamos que, así como hay autor material, hubo autores intelectuales, pero no se investigan”, completa.
María José Barrero Sahagún, fiscal de Curuzú Cuatiá, no parece respaldar esta sospecha. Tras la detención de Holzweissig, la fiscalía consideró que el femicida mató a Griselda Blanco porque tenía una relación extramatrimonial con ella y la periodista lo "extorsionaba" pidiéndole dinero a cambio de no revelar la situación. Con notoria bronca, Silvia considera que esa interpretación pone equivocadamente la mirada en Griselda y, además de para difamarla, sirve para “no investigar hacia arriba” del autor material del crimen.
Desde el día uno nosotros pensamos que, así como hay autor material, hubo autores intelectuales, pero no se investigan.
Fabián Cesani
“Tenían algún tipo de vinculación, pero no era una vinculación en igualdad emocional. Holzweissig tenía un boliche que se llamaba Punto Sur, que sponsoreaba a Griselda en su Facebook Live, y él le debía plata”. Es decir, el acuerdo era que Griselda publicitara su local para sostener su trabajo y que él, a cambio, le pagara la publicidad.
“Ella le reclamaba que él le pague, tenía a su papá enfermo, que murió de cáncer pocos meses después de que a ella la asesinaran. Y este tipo era como bueno, te pago si tenemos algún… le pedía favores sexuales. Aprovechaba el estado de necesidad, de vulnerabilidad de ella, que necesitaba pauta, y le decía 'bueno, ya te voy a pagar, esperame bañada'. Esas comunicaciones salieron”, señala Silvia.
El poder político y la policía estaban hartos de Griselda porque ella no se callaba.
Silvia Casarrubia
Para la abogada, es notorio que Holzweissig está siendo “muy cuidado” por los autores intelectuales del crimen, situación que habría llegado al límite de la alevosía cuando, en junio de 2023, la fiscal Sahagún pidió resolver el caso con un juicio abreviado sin notificar a la querella. Finalmente, la reacción de la opinión pública y la presión de colectivos como Periodistas Argentinas sobre el fiscal general correntino César Sotelo impidieron que el beneficio se consumara.
En sus últimos días, Griselda Blanco había empezado a denunciar que en Punto Sur se cometían delitos de explotación sexual y venta de drogas con apoyo del poder político local. “En este momento Darío Holzweissig está en la Alcaidía de Curuzú haciendo muebles. Su boliche, que ahora se llama Tekilaz, lo maneja su abogado. Está toda suspendida la causa porque todavía a un año y pico están esperando, dicen, las pruebas de luminol. Es obvio que hacen tiempo para dejar vencer los plazos”, protesta Silvia.
Por su parte, Cesani denuncia una serie de irregularidades. En concreto, las demoras en la investigación a pesar de los reiterados oficios que envía la querella, la escasa comunicación desde la Fiscalía y el hecho de que no se investigue la procedencia de las numerosas amenazas que recibía su madre, todas las cuales están en su celular, en poder de la Justicia. Además, sostiene que algunas pruebas se descartaron de manera arbitraria por considerarse “innecesarias” y que la persona que se comunica con ellos, de apellido Pérez, es un miembro de “la fuerza” al que Griselda Blanco había denunciado.
“Se debería rever quién está metido en todo esto”, considera Fabián, y sostiene que seguirá insistiendo para que la investigación avance. Asimismo, reclama que se cambie la carátula de “homicidio simple” a femicidio: “La muerte fue alevosa y fue un abuso de poder en cuanto al hombre para la mujer”, asegura.
Walter Maciel: el nexo visible entre Loan y Griselda
“Maciel es un comisario -yo lo llamo soldado del poder- que ya había sido acusado de violación y fue trasladado por eso a 9 de Julio", explica Casarrubia y agrega que, además, el policía fue denunciado por haber amedrentado a un grupo de obreros precarizados y en condiciones de ilegalidad que trabajaban para el entonces intendente de Monte Caseros Miguel Olivieri y reclamaban mejores condiciones.
“Yo no lo creo ninguna víctima ni nada, pero también creo que él es direccionado para que cite a declarar a los ciudadanos de 9 de Julio para amedrentarlos, para que no hagan marchas. Eso no es algo que se le va a ocurrir a él porque sí, eso él lo hizo porque recibió órdenes de arriba”. Se refiere a las citaciones que envió Maciel a los vecinos que se manifestaron por la aparición de Loan.
Según los propios fiscales que intervienen en la causa por la desaparición del niño, Maciel “liberó numerosas citaciones a vecinos que participaron de marchas de protestas comunicándoles que debían presentarse ante la UFIC de Goya, pese a que este ministerio público no había ordenado la medida”, una acción intimidatoria que Silvia conecta con la que padeció Griselda Blanco cuando cubrió los reclamos de Monte Caseros contra el fiscal Ruiz.
Para la abogada, tanto la detención de Maciel como el desplazamiento del fiscal Castillo, que había alimentado la teoría del extravío, son demostraciones de que “siempre el hilo se corta por lo más delgado y para arriba todavía no hay respuestas”.
Las inconsistencias en el testimonio de Laudelina
Desde Corrientes capital, Silvia Casarrubia cree firmemente que lo que más le interesa al gobierno provincial es “que se vayan los medios nacionales y dar por terminado el caso”, para lo cual la declaración de Laudelina sobre el supuesto accidente le habría venido como anillo al dedo al gobernador Gustavo Valdés.
La letrada considera cuanto menos llamativas las condiciones en que la tía del niño fue a declarar que su sobrino había sido atropellado, y menciona dos actores clave que la conectan con el gobernador: su abogado Fernández Codazzi y Diego Pellegrini, senador oficialista de la provincia.
“El abogado de Laudelina, José Fernández Codazzi, es amigo de Gustavo Valdés”, asegura Casarrubia. No es la única que lo dice. Un conjunto de legisladores opositores correntinos confiaron la misma información a El Destape, aunque el letrado niega conocer a Valdés.
A este cuadro, Silvia agrega que cuando llegó a declarar en plena medianoche a Corrientes capital, Laudelina venía “en un auto que es de un senador llamado Diego Pellegrini, que es de Esquina”. El legislador en cuestión es la mano derecha de Valdés en la Cámara alta de Corrientes y sería, también, amigo de Codazzi.