Eratóstenes de Cirene, fue un filósofo multifacético que vivió entre los años 276 y 194 a.c. y ocupó durante buena parte de su vida el cargo de director de la biblioteca de Alejandría. Abarcó disciplinas como la astronomía, historia, matemática, poesía y crítica teatral, además de fundar prácticamente la geografía.
Lo recordamos en la actualidad por haber calculado la circunferencia de la Tierra con una precisión escalofriante, utilizando un método matemático que él mismo creó, además de la bibliografía de la época, columnas y camellos. También elaboró el primer mapamundi ―con el territorio que se conocía en aquel entonces― y ajustó el calendario agregando el año bisiesto.
Biografía
Nació en el Norte de África, en la actual Libia, donde se formó bajo la instrucción de filósofos de la escuela estoica y siguió sus estudios en la biblioteca de Alejandría, después de pasar por la escala obligada en Atenas. Fue discípulo de Aristón de Quíos, también del célebre poeta Calímaco ―encargado de catalogar los libros de la biblioteca― y amigo de Arquímedes.
En el año 246, Ptolomeno III lo convocó para que se encargara de la biblioteca de Alejandría, que en ese entonces tenía como propósito recopilar papiros de los lugares más recónditos del planeta, copiarlos y almacenarlos, para convertirse en la fuente de conocimiento más grande que se haya visto en la antigüedad y un atractivo destino para los filósofos contemporáneos.
Eratóstenes impulsó avances en casi todos los terrenos. En matemática, creo un método para encontrar números primos que se llama Criba de Eratóstenes y en geografía confeccionó el primer mapa del mundo conocido hasta ese momento introduciendo los conceptos de latitud y longitud. En astronomía calculó la distancia entre la Tierra, la Luna y el Sol aprovechando los eclipses, también el plano de inclinación de nuestro planeta con respecto al eje del sistema solar, agregó un día cada cuatro años al calendario para corregir el desfasaje que se va a cumulando y catalogó alrededor de 700 estrellas.
Por su manejo de tantas disciplinas, a Eratóstenes se lo conoció con el sobrenombre de Pentathlos que significa algo así como “campeón en múltiples especialidades” y se lo usaba como título para aquellos deportistas que ganaban las cinco competiciones de los Juegos Olímpicos de la antigüedad. Aun así, sus colegas lo llamaban “beta” porque ocupaba el segundo lugar en todas las ramas, pero no destacaba en ninguna.
Según la Suda (una de las primeras enciclopedias de historia) Eratóstenes se quedó ciego a los 80 años y se dejó morir de hambre.
El cálculo de la circunferencia de la Tierra
De la bibliografía de la época, Eratóstenes sabía que en Siena ―que hoy en día es Asuán (Egipto)― durante el solsticio de verano ―día en que el sol alcanza su punto más alto, cosa que en el hemisferio norte sucede el 21 de junio― una columna no producía sombra al mediodía. Este efecto podía observarse también en los pozos de agua, en los que la luz alcanzaba el fondo.
Por otra parte, en la región de Alejandría, ese mismo día y a la misma hora, una columna ubicada de igual modo, proyectaba una sombra que permitía calcular el ángulo con que inciden los rayos del sol, que es de 7°. Esa diferencia en las sombras que se produce en diferentes zonas, solo puede deberse a la inclinación con que la luz impacta sobre una superficie que es esférica.
La geometría de la Tierra, es algo que se conocía, al menos, desde los tiempos del gran Pitágoras en el siglo V a.c. El propio Aristóteles había dado ya muchos argumentos que se comprueban a simple vista, entre ellos que la que la sombra que nuestro planeta proyecta en la Luna es circular, cosa que solo puede darse si la Tierra es esférica.
A partir de estas mediciones, Eratóstenes se dedicó a calcular con la mayor precisión posible, la distancia entre Siena y Alejandría. Para esto, lo que hizo fue contar el tiempo que tardaba una caravana de camellos, cuya velocidad se podía medir, en llegar desde una región a otra. El valor que obtuvo fue de 5000 estadios ―medida que se utilizaba en la época― que equivalía a 800 km.
Con una regla de tres simple, calculó la circunferencia de la esfera: si pensamos que en 7° de inclinación hay contenidos 800 km, entonces en 360° tendría que haber 41.142 km. Con la tecnología de hoy en día sabemos que este valor es de 40.075 km. Eratóstenes le erró por poco más de mil kilómetros.
Si Colón hubiese conocido este dato en el siglo XV, jamás hubiera intentado dar la vuelta al mundo para llegar a las indias orientales, porque hubiese sido un tiempo de viaje excesivo para lo que se contemplaba en esa época. Colón creía que la circunferencia de nuestro planeta era de alrededor de 13.000 km. Por suerte para él América existía.
Sin duda, la empresa que llevó a cabo Eratóstenes fue una de las exhibiciones más impresionantes del intelecto humano que se haya registrado. Una inspiradora prueba de lo que se puede hacer con la potente herramienta que tenemos arriba de los hombros.
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