Hace unos días, el periodista Alejandro Alfie publicó una investigación sobre casos de acoso sexual que apuntaban al periodista de internacionales Pedro Brieger. En ese contexto, muchas mujeres alzaron la voz para contar sus propias experiencias con la misma persona -a la que ya se le hizo una denuncia ante la justicia-. Cecilia Guardati, periodista, fue una de ellas y esta tarde conversó con Alejandro Bercovich y el equipo de "Pasaron Cosas" por Radio Con Vos.
Cecilia Guardati es periodista de internacionales, productora audiovisual y fue durante 20 años corresponsal de Télam. Ella fue una de las primeras en animarse a hablar, y en "Pasaron Cosas" detalló un poco aquel episodio con Pedro Brieger. "En mi caso, esto sucedió en el 2008. Tiene que ver con una cobertura que hice siguiendo a Cristina Kirchner por el norte de África. En un entorno de colegas, laboral, esta persona a la que yo recién conocía porque me habían hablado de él, me invita a tomar un té y conversamos un poco. Esto fue en Argelia. El siguiente destino fue Túnez, donde Cristina habla a la salida de una cena por sorpresa y él como no podía ir me pide si yo después le puedo pasar el audio o contarle lo que había dicho", comenzó a relatar.
"Cuando termino de mandar mi nota recibo un mensaje de él (Pedro Brieger) para que no me olvide de pasarle el audio y me da el número de su habitación. Yo subo a su habitación, la puerta estaba entreabierta, y me encuentro con esta persona en su cama con el torso desnudo y tapado con la sábana masturbándose. Me quedé en shock. No recuerdo cuánto duró ese momento, pero me fui. Al día siguiente, lo vuelvo a ver pero me alejo. Esto quedó ahí, intenté pasar página y decir 'no me afecta'", siguió relatando. Sobre el por qué no hablo en su momento, Guardati contó: "No lo denuncié en ese momento porque no sabía cómo se podía denunciar y de qué forma".
Después de ese episodio, volvió a encontrárselo en una huelga de tres meses que hubo en Télam durante el gobierno de Mauricio Macri. "Invitaron a Pedro Brieger a una mesa redonda y en ese momento la agencia ya tenía una comisión feminista. Yo mandé un mensaje al grupo donde había otras colegas pidiendo que no lo invitaran y contando la historia, y automáticamente activaron un procedimiento. Me preguntaron si quería dar mi nombre, me ofrecieron ayuda. Yo la verdad que durante muchos años no quería ponerme en el foco, pero me di cuenta que era importante denunciarlo", comentó.
En cuanto a los otros testimonios, reconoció que no le sorprende que haya otros casos. "Sabíamos que esto no podía ser un comportamiento aislado por las formas y porque automáticamente uno entiende el mecanismo y por qué una lo silencia. Estábamos seguras de que éramos la punta del iceberg".