“El bebé ha muerto. Bastaron unos pocos segundos. El médico aseguró que no había sufrido”. No es un spoiler, son las primeras oraciones con la que la escritora franco-marroquí Leila Slimani abre este libro que recién llega a la Argentina y que arrastró de abril a hoy un aluvión de ventas, aunque su primera publicación en francés date de 2017.
Inspirado en el caso real de una niñera acusada de asesinar a los dos niños que cuida en una casa de una familia en la ciudad de Nueva York, aquí la autora de Canción dulce no se focaliza en el hecho en sí, sino que relata con un ritmo acelerado y simple la relación que nace entre esa niñera, el matrimonio que la contrata y los dos hijos a quienes tiene que cuidar mientras los progenitores salen a trabajar.
Louise es la asesina, joven, blanca y rubia, un hada caída del cielo que aterriza oportunamente en una familia desbordada de deseos individuales, económicos y sociales y dos hijos que criar, alimentar, educar, llevar, traer, jugar, dormir, vestir, alimentar y bañar.
¿Qué tiene de trágico todo esto? Todo. En ese mundo de libertades y búsquedas de crecimiento algo empezará a ir mal y decantará en el inicio de un destino trágico para esa familia de cuatro.
La lectura es rapidísima y simple, ya sabemos, pero queremos saber más, queremos espiar por la cerradura. Contiene una carga emocional que mínimamente despierta un pájaro carpintero que te pica el pensamiento, abre interrogantes sobre la vida de uno, sobre la importancia de la salud mental, sobre lo determinante que puede ser ceder espacios a extraños dentro de la vida íntima familiar.
Es un libro que me hizo recordar a “El adversario” de Emmanuel Carrere. Los que lo leyeron sabrán. Una novela que espanta al que quiera sentirse espantado pero lamentablemente una vez más comprueba que la realidad supera a la ficción.
- Canción Dulce
- Leila Slimani
- Cabaret Voltaire
- 278 páginas