A los 89 años murió Gregorio Pérez Companc quien era dueño de la cuarta fortuna más grande de la Argentina. La situación encuentra a su grupo familiar bastante organizado: hace menos de un mes sus siete hijos decidieron repartirse las empresas de forma consensuada y sin escándalos. Se trata de una herencia de US$4.100 millones.
Un grupo de los hijos del magnate, encabezado por Luis Pérez Companc y sus hermanas Rosario y Pilar pasará a manejar Molinos Río de la Plata (una de las firmas líderes en alimentos), Molinos Agro y Pecom, que en conjunto el año pasado facturaron US$3.500 millones y cuentan con 11.600 empleados.
El otro grupo, que integran Jorge y sus hermanas Cecilia y Catalina continúan en Goyaike, empresa orientada hacia la producción agropecuaria y que tiene a la heladería Munchi's y Conuar, dedicada a la producción de combustibles para las centrales nucleares de las dos Atucha y a Embalse.
Por otra parte, como Molinos Río de la Plata cotiza en bolsa, con un 5% en manos de pequeños accionistas. Por ello, el grupo de hermanos deberá hacer una oferta en los mismos términos monetarios, de acuerdo con las exigencias de las regulaciones.
La sucesión comenzó a orquestarse en 2009, cuando Gregorio Pérez Companc se retiró de los negocios. En ese momento, dividió la fortuna en seis partes iguales para sus hijos. Las empresas siguieron funcionando bajo el mando de Luis, quien continuará dirigiendo el holding que agrupa a las tres firmas más valiosas.