“La pelotuda de Tagliaferri no entiende nada”. La frase se la escuchó decir a Juan Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo y de la Bioeconomía, un grupito de empresarios de todo el país durante la exposición Arminera 2024 que se desarrolló en San Juan hace quince días.
El funcionario, uno de los más importantes de la gestión económica del gobierno nacional, desmiente haber hecho una referencia tan dura a la senadora del PRO, Guadalupe Tagliaferri, aunque reconoce haber cuestionado con énfasis los argumentos que ella viene exponiendo contra la llamada “ley Bases”, en especial, por las observaciones al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones, el famoso Rigi.
Justamente la expectativa de que se aprueben en el Congreso las ventajas para grandes proyectos como los mineros que están en gateras en varias provincias saturó de gente el encuentro de negocios del sector, que mostró un anticipo de lo que puede venir: había muchos stands de firmas internacionales de insumos y maquinarias sólo disponibles si se traen del exterior.
La falta de “encadenamiento productivo” con empresas locales, es decir, la baja de aranceles para importar hasta los uniformes de los operarios por parte de quienes accedan al régimen es una de las principales observaciones que tiene el programa que vino con la media sanción desde la Cámara de Diputados y que está hace semanas esperando tratamiento en el Senado.
Las otras críticas tienen que ver con el bolsillo de payaso que son los beneficios impositivos como la liberación de pagar retenciones o el impuesto al cheque, un no-te-piden-tanto que llama la atención hasta los promotores de los mecanismos de atracción de la inversión extranjera.
A su vez, también genera dudas el hecho de que se le permita a las compañías disponer libremente del 100 por ciento de las divisas, sin obligación de venderle nada al Banco Central. ¿Para qué tanto esfuerzo si no generará dólares como para prevenir la eterna restricción del sector externo que genera las crisis en la Argentina?
La bronca de Pazo, con las palabras que haya usado, es sólo otro reflejo de la impotencia que se incuba en el gobierno de Javier Milei. Sobre todo después de la aprobación en Diputados del aumento para los jubilados que votaron juntos desde el radical Rodrigo De Loredo hasta Máximo Kirchner, en la Casa Rosada creen que toda demora de la nueva versión de la ley ómnibus es parte de una conspiración para desestabilizarlos.
Este lunes Milei cumple seis meses en el cargo y no aprobó una sola ley en el Congreso. Que el principio de revelación, que la casta queda expuesta, que los va a aplastar en 2025, lo que sea, pero ni una.
Para el debate público y la guerra de las redes sociales pareciera tener distintas estrategias para posicionarse en caso de que llegara otro revés. Pero la gestión es más que eso. Se lo estarían advirtiendo los mismos inversores que lo auparon hasta ahora. Los bonos en dólares cayeron 10% esta semana. El riesgo país rebotó de 1200 puntos básicos a casi 1600. Ni lo de que vetará cualquier proyecto que ponga en riesgo el superávit fiscal calmó la cosa.
El eterno retorno
El fin de la fiesta no surge sólo de la eventual falta de muñeca política del Poder Ejecutivo o de lo más o menos irresponsable de la oposición. Hay mucho ruido autogenerado. ¿Quién puso sobre la mesa que ingresará al gobierno Federico Sturzenegger, hombre que nunca se reconcilió ni personal ni ideológicamente con el actual ministro de Economía, Luis Caputo?
Un día cuando le preguntaron por la salida de Nicolás Posse de la jefatura de Gabinete, hace dos semanas, lo anotó entre los próximos ingresos. “Se están definiendo los entornos”, respondió esta semana sobre qué cargo ocupará. What?
Aún cuando asuma como Juan Desregulación en un Ministerio de Modernización o algo así, “el mercado sabe que él y Caputo no son compatibles”, dice Daniel Marx, uno de los hombres más escuchados en los mercados.
Con Sturzenegger por entrar y con Demian Reidel al frente del Consejo de Asesores del Presidente y armando las giras de Milei para ver a los magnates hay motivos para que Caputo se sienta con la manzana rodeada. Reidel fue clave en el Banco Central de Macri en 2015.
El ministro esta semana habló en el Latam Economic Forum. Aseguró que él llegó sabiendo que le tocaría "comer merda" y destacó el apoyo de la gente a su gestión, al tiempo que resaltó que la economía está en "franca recuperación". Una reivindicación de su rol, una defensa de su tarea.

El nombre del financista chileno José Luis Daza cada vez se repite más entre inversores. Estuvo con Reidel en QFR Capital Management. Más de uno cree que están trabajando en una salida del cepo. ¿Caputo lo sabe? ¿Lo comparte?
Milei aseguró esta semana que están hablando con los bancos para resolver “el problema de los puts”, un seguro en el Central que tiene la deuda que está emitiendo el Tesoro por cerca de US$25 mil millones. Después de eso -adelantó- se levantarán las restricciones para comprar dólares.
El Ministerio de Economía pareciera más cauto. ¿Hay dos planes? ¿Uno de Milei-Sturzenegger y otro de Caputo junto a su socio al frente del BCRA, Santiago Bausili? ¿Sturzenegger vs. Caputo? ¿En serio? ¿2018 sos vos?
El eterno retorno de Sturzenegger daría para un libro. Secretario de Política Económica en 2001 y presidente del Banco Central entre 2015 y 2018, estaría por inaugurar su tercera etapa en el Estado, si bien ahora ya tiene su sello en el mega DNU y en la ley Bases. Las anteriores incursiones no tuvieron finales auspiciosos. Pero la Argentina, parece, siempre ofrece otra oportunidad.
Selección negativa
La posibilidad de un doble comando económico se combina con el desbande de la gestión en términos generales, con un foco especial en Capital Humano, el mega ministerio a cargo de Sandra Pettovello, que se supone debe garantizar la paz social con la administración de la ayuda social, la contención escolar y la regulación de los conflictos laborales.
Los escándalos sobre malos manejos, corrupción o ineficiencia son el telón de fondo de la sangría de más de 30 funcionarios sólo de esa cartera que conduce la única funcionaria cuya foto está en el escritorio presidencial, y la única con acceso a la intimidad de la Quinta de Olivos.
La contracara de la fuga de personal clave es el ascenso estelar de la particular ex peronista Leila Gianni, la secretaria Legal del Ministerio que gana lugar en los medios y las redes cuando se cruza con Juan Grabois con una remera de un león. En simultáneo queda en ridículo cuando el juez federal Julián Ercolini le rechaza en duros términos las denuncias sobre supuestos delitos en el reparto de medicamentos para enfermedades graves.
La Libertad Avanza está generando, queriendo o sin querer, una selección negativa en el Estado. Por fuera de los que echan, se quedan los peores: aquellos a los que a todos les da igual. En plan de achicar el sector público tal vez sea el ideal. Pero puede suceder también que en realidad sea algo así como serrucharse la propia rama en la que se apoya el Presidente. El mercado financiero también toma nota de eso.
“Amo ser el topo que destruye el Estado desde adentro”, dijo esta semana al borde de la excitación Milei, que justamente tiene el cargo de jefe de Estado. Si por momentos parecía que el outsider raro le daba paso al Presidente, sucede que siempre vuelve el panelista de Intratables que causó furor en YouTube. ¿Cómo evolucionará la personalidad si se combinan malas noticias en el Congreso con la tensión financiera creciente y un repunte de la inflación?
Otra incógnita que se nota en la cara de los traders que están haciendo toma de ganancias está en la recontra coyuntura. ¿Se pagará cash todo el préstamo de US$5000 millones de China para las reservas? ¿Habrá que pagar la mitad para refinanciar el resto? ¿Tiene muñeca la Cancillería para revertir las hirientes palabras del personaje que habló de “chinos asesinos” en la campaña?
La preocupación la marcó Invertir en Bolsa en su último reporte a clientes, que recuerda que este año hay que empezar a pagar los Bopreales, los bonos que acaba de emitir el Banco Central por la deuda que había dejado el gobierno anterior.
A propósito, cada vez que Milei dice que mandará una ley al Congreso para penalizar la emisión de pesos incluso para comprar divisas, Marina dal Poggetto pregunta con qué divisas se pagarán entonces las deudas que se están contrayendo.
“Populismo culposo”
A todo esto, el costo de vida del orden del 5% que se conocerá este jueves puede ser otra vez motivo para la reafirmación del equipo económico de que están en el camino correcto, a pesar de lo que digan “los pifiadores seriales”. Habrá memes y gráficos de “el Javo la está domando”.
Pero los pronósticos para junio por primera vez muestran o un freno de la desinflación o directamente un mini salto. Todo dependerá también de cuándo y cómo impacte el incremento de la tarifa eléctrica, algo que nadie sabe a esta altura porque el Gobierno está haciendo tantos malabares para aumentar y no aumentar como el kirchnerismo en su época dorada.
“Populismo culposo”, lo definió Emmanuel Alvarez Agis esta semana en el 4to. Coloquio Ader en Santa Fe, donde reveló que en abril y mayo se recuperaron las ventas textiles gracias al plan “Cuota Simple”, versión libertaria del Ahora 12. “Pero no lo dicen”, expresó.

La paciencia social que hasta ahora es una de las sorpresas del momento porque se mantiene pese a una recesión como la del 2002 tendrá una nueva prueba de fuego: con el incremento del costo de la energía que pesa en el 15% del costo de la factura, los sectores de ingresos bajos y medios tendrán un aumento del 65%, pero siempre y cuando no consuman más de 350 kilovatios, el tope definido por la Secretaría de Energía para subsidiar los hogares.
A partir de ahí pagarán cada kilovatio extra a precio pleno. El aumento entonces, ¿hasta dónde podrá llegar? ¿Alguien habrá hecho el cálculo? ¿Quién se supone que tiene una heladera que consume más, el más rico o el más pobre?