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Policiales

Tras la entrevista que concedió Thomsen, otro de los rugbiers salió a contestarle

rugbiers Thomsen Benicelli

Matías Benicelli, integrante del grupo de rugbiers que asesinó a Fernando Báez Sosa emitió una carta pública luego de que Máximo Thomsen rompiera el silencio. En la misiva acusó a Thomsen de liderar al grupo que "salía a buscar peleas" para "jactarse de supuestas hazañas".

Al mismo tiempo, Benicelli intentó desligarse del crimen y afirmó: "Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando". La carta se dio a conocer a través del periodista Diego Estévez, una semana después de que Thomsen concediera la entrevista a Telenoche.

En su relato, Thomsen se refirió nombre y apellido a varios de sus compañeros y los acusó de ser los protagonistas de la golpiza conta Báez Sosa. A Bencinelli lo mencionó como quien presuntamnete habría recibido una trompada de Báez Sosa.

Por su parte, Bencinelli dijo en su carta que estuvo "en el lugar y momento equivocado" y aseguró que él no asesinó al joven adolescente de 20 años. "Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición", contó Benicelli.

La carta completa de Matías Benicelli

Querido Diego. Te agradezco la posibilidad de decir los que no puedo, porque no tengo medios más que lo que escribo, para que sepas que siento más la muerte de Fernando que mi propia existencia. Y no hay palabras para decir el dolor que me causa su ausencia. Sin el consuelo de su presencia en este mundo, solo me queda la esperanza de que esté junto a Dios iluminándonos el camino.

Tengo una hermana mayor que es preciosa y un hermano menor de 17 años a quienes quiero y extraño cada día, una mamá amorosa y un padre que es mi ejemplo de trabajo, de esfuerzo y de dignidad de vida. Con ellos aprendí el valor de la familia, a creer en Dios y a sostener valores que hoy, más que nunca, me sostienen en la prisión en la que estoy.

Nunca fui parte de un pelotón de fusilamiento que a patadas segó la vida de Fernando. Ni fui uno de los que salían a buscar peleas por Zárate con otros grupos para jactarme de esas supuestas hazañas. Estuve en el lugar y momento equivocado. Porque fui de vacaciones a Villa Gesell con un grupo de 9 personas. Y las causas que no justifico y los actos de algunos que nunca terminé de entender, terminaron absurdamente con una vida de un adolescente de 20 años. La misma edad que yo tenía. Por eso entiendo a los jueces que me condenaron y sobre todo comprendo y justifico a los padres de Fernando. Porque ellos creen que todos los que estuvimos aquella noche fuimos sus asesinos.

Pedir perdón parece una hipocresía, cuando no sale directo desde el corazón. San Francisco decía, es preciso amar para ser amado, perdonar, para ser perdonado. Yo sé que no maté a Fernando, pero pido perdón de todo corazón en nombre de todos los que causaron su trágica desaparición.

Mi solidaridad y mi amor está con los padres de Fernando, como está también con mi familia.

Me resta la esperanza de que la misericordia de Dios, nos devuelva la paz e imparta una justicia donde los hombres no alcanzan. Y que la muerte de Fernando sea recordada como la de un mártir, que ofrendó todo cuanto tenía, su vida. para que la violencia sea erradicada para siempre de todos los lugares, públicos y privados donde se reúnen los jóvenes para festejar la vida y no para invocar la muerte.

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